El Rey destaca el "avance notable" en el compromiso de las fuerzas políticas y sociales contra el terrorismo

El rey Juan Carlos destacó ayer en el discurso de apertura de las Cortes el "avance notable" en el compromiso de las fuerzas políticas y sociales contra el terrorismo, así como la capacidad del sistema democrático "para amparar y dar cabida a cualquier objetivo político". En la intervención del Rey ante diputados y senadores hubo, asimismo, una importante referencia al papel de la ley como "un mandato que contiene una aspiración que se opone y trata de modificar los aspectos que se consideran injustos de la realidad existente".

La primera reflexión que sugirió al Rey la inauguración de la quinta legislatura, además "del arraigo y estabilidad que adquieren ya las instituciones de nuestra monarquía parlamentaria", fue la importante circunstancia de que quienes asistimos a esa formidable mutación histórica con el recuerdo de experiencias anteriores ya no somos los únicos protagonistas de nuestro destino colectivo, porque estamos ante una nueva generación de españoles, cuya única experiencia es la vida pública en libertad".Tras apuntar que el comienzo de esta legislatura se produce cuando ya es un hecho consumado la integración de España en la Comunidad Europea, el Rey animó, al hilo de la proximidad del Quinto Centenario, a "mantener y reforzar nuestras relaciones con las naciones hermanas de Iberoamérica".

No faltó en el discurso una referencia a 1992. Dijo que se trata de una fecha "en la que habrán de confluir toda la Ilusión y todo el esfuerzo colectivo de la sociedad española para dar un paso decisivo, tanto en la proyección exterior de España como en nuestra propia marcha hacia la modernidad".

Respecto a los cambios experimentados en la Europa del Este, el Rey manifestó: "Hoy asistirnos en esa zona del mundo a un proceso mediante el que diversas naciones extraen de su vieja tradición histórica y cultural, por tantos motivos admirable, energías para rectificar con la mayor dignidad su destino y orientarlo hacia el sistema de valores que permanece inscrito tanto en aquella tradición propia como en los cimientos de nuestra Europa comunitaria".

Juan Carlos I se refirió posteriormente al sentido de las leyes en un Estado moderno, a las que atribuyó el papel de "imperativo moral". El Rey definió a continuación este concepto como "un mandato que contiene una aspiración que se opone y trata de modificar los aspectos que se consideran injustos de la realidad existente".

Se refirió luego al imperio de la ley como "la clave de bóveda de la seguridad para los ciudadanos" y "más concretamente, de la exclusión de la violencia en las relaciones sociales". A continuación se refirió al terrorismo: "La más dolorosa quiebra de este principio se produce entre nosotros en la medida en que la sociedad española sigue siendo víctima de violencia terrorista, sin que pueda servir de consuelo el número tan reducido de quienes todavía utilizan el terror como lenguaje y práctica habituales".

El Rey señaló, sin embargo, que "supone un avance notable que cada vez sea más sólido y extenso el conjunto de fuerzas políticas y sociales comprometidas activamente contra el terrorismo, que está definitivamente desterrado del ámbito de la razón política".