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La CE levantará las limitaciones para importar coches a partir de 1993

La Comisión Europea aprobó ayer un plan de seis puntos para la reestructuración del sector del automóvil europeo. El prograrma de actuación, que ha, sido objeto de más de un año de debates como consecuencia de las presiones del lobby automovilista, incluye la supresión de, las restrictiva a la importación de coches vigentes en varios países de la CE. Sin embargo, la apertura del mercado, según afirmó el comisario Frans Andriessen, se hará de "una forma progresiva a partir de 1993 y como resultado de las negociaciones a entablar con Japón para lograr un equilibrio en los intercambios comerciales".

El programa propuesto por la Comisión será discutido en breve por el Consejo de Ministros de la CE. Los puntos de actuación, según el comisario Martin Bangemann, responsable (le los asuntos de mercado interior, son: armonizar las normas técnicas, de forma que la homologación en un país comunitario baste para todo el conjunto de la CE; aproximación de los tipos del impuesto sobre el valor añadido (IVA), que actualmente varían entre un 12% en Luxemburgo y un 38% en Italia; control de las ayudas públicas para mejorar las condiciones de competencia; desarrollar . a investigación y desarrollo a nivel europeo; mejorar la formación profesional para acercarse al modelo de Japón, y suprimir las trabas a la importación.

La invasión Japonesa

Este ultimo aspecto, el de la apertura a la invasión nipona, es el que más reticencias despertaba en los industriales europeos. La solución satisface a una industria que representa el 7% del empleo y el 6% del producto ¡industrial bruto de la CE. La Comunidad es la primera constructora de vehículos del mundo, con 17,8 millones de unidades anuales, pero importa 1,1 millones (le coches de fábricaci5n japonesa todos los años. El sector automovilístico vive una coyuntura expansiva, que ha hecho pasar sus beneficios de 280.000 millones (le pesetas en 1986 a 1,3 billones el pasado año. Sin embargo, debe afrontar un proceso de fusiones para obtener mayor dimensión en una industria diversificada en demasiadas marcas y una modernización tecnológica que requerirán inversiones por valor (le 12 billones de pesetas.

Europa no está aún preparada para resistir la mayor competitividad japonesa, y la solución gradual propuesta por la Comisión representa un alivio. Sobre todo para los países como España, Italia, Francia y el Reino Unido, que tienen fijadas cuotas a la importación japonesa. En 1993, con la creación del mercado único, las cuotas nacionales desaparecerán, pero el sector contará con un período de liberalización gradual, reforzado además por las garantías dadas ayer por el comisario Andriessen de que "la Comisión no incluirá exigencias en cuanto al contenido local".

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