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Los vecinos denuncian el fracaso absoluto del plan de realojo de población marginada

La Federación Regional de Asociaciones de Vecinos (FRAV) ha denunciado el "fracaso absoluto" del Consorcio para el Realojamiento de Población Marginada. Ni siquiera se ha iniciado ninguna de las 275 viviendas en altura y las 400 viviendas unifamiliares cuya construcción debía haber comenzado en 1988 y en el primer trimestre de 1989. El último Consejo de Administración del Consorcio acordó, a petición de la FRAV, la intervención urgente de los máximos responsables políticos, el alcalde de Madrid, Agustín Rodríguez Sahagún, y el presidente regional, Joaquín Leguina.

José Luis Gómez Ramiro, gerente del Consorcio, envió un escrito al representante de la FRAV en el Consorcio, Juan José Soriano, en el que se reconoce que el convenio firmado el 30 de junio de 1988 entre la Comunidad y el Ayuntamiento preveía la construcción de 100 viviendas en altura a iniciar en 1988, 175 viviendas en altura a iniciar en el primer trimestre de 1989, 160 viviendas unifamiliares, en unidades de realojamiento transitorio, a iniciar en 1988, y otras 240 viviendas de este mismo tipo, a iniciar en el primer trimestre de 1989. No se ha iniciado ninguna, dice textualmente el informe.En la mayoría de las promociones previstas en el convenio -76 viviendas en Latina, 88 en La Abubilla, 88 en La Celsa, etcétera- ni siquiera se dispone de suelo para comenzar la construcción. En estos dos años, afirmó Juan José Soriano, apenas se han liberado una veintena de viviendas, que se han destinado a albergar familias cuyas circunstancias personales hacían imprescindible y urgente el realojo.

"La FRAV no está dispuesta a avalar con su presencia la legitimidad de un organismo como el Consorcio, que está demostrando que no sirve para nada por falta de voluntad política de sus miembros. En los barrios donde existen grupos de población marginada, que en su mayor parte son grupos de población gitana, se están viviendo momentos de conflictividad social que cualquier día pueden desembocar en enfrentamientos. Cada vez es más difícil intentar reinsertar a un colectivo que nota que nadie se preocupa por él".

La FRAV llegó incluso a debatir su retirada del Consorcio, aunque finalmente no lo hizo, a la espera de las respuestas de Rodríguez Sahagún y de Leguina.

La historia del Consorcio está llena de incumplimientos. El primitivo Consorcio contaba con la presencia del Ministerio de Obras Públicas y de la delegada del Gobierno en Madrid, Ana Tutor. El desinterés de la Administración central motivó que el 30 de junio de 1988 el Ayuntamiento y la Comunidad firmaran solos un nuevo convenio. Según el mismo, el Ayuntamiento pondría los terrenos, y la Comunidad los fondos.

No hay terrenos

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Miguel Ángel Pascual, presidente del Instituto de la Vivienda de Madrid, afirmó que lo que está ocurriendo en el Consorcio "es indignante". "La Comunidad de Madrid tiene el dinero presupuestado para hacer las obras, pero nos encontramos con que el Ayuntamiento no ha gestionado los suelos necesarios para construir las viviendas. Se puede dar el caso de que los presupuestos disponibles, al no ser utilizados, deban trasladarse a otras partidas presupuestarias".La FRAV insiste, sin embargo, en que el convenio se firmó hace ya más de un año, y que la falta de puesta a disposición de terrenos donde construir es algo de lo que debe responsabilizarse tanto a este equipo de gobierno como al anterior, presidido por Juan Barranco. "Tampoco la derecha, cuando estaba en la oposición, hizo nada para presionar a los socialistas a cumplir con lo firmado", afirmó Soriano.

Por su parte, José Luis Garro, tercer teniente de alcalde y responsable del área municipal de Urbanismo, se negó en redondo a dar su opinión sobre la denuncia de la FRAV y la acusación de Miguel Ángel Pascual. Garro afirmó que contestaría cuando supiera concretamente cuáles son los reproches que se hacen al equipo de gobierno, y se limitó a afirmar: "Si algún organismo ha hecho algo por el Consorcio y sus objetivos, ése es el Ayuntamiento de Madrid".

Al margen de la polémica sobre el fracaso en la construcción de viviendas para realojar a la población marginada, subsiste también el problema de la falta de control sobre las nuevas chabolas que aparecen en Madrid continuamente. El gerente, del Consorcio, José Luis Gómez, manifestó su preocupación por este hecho en la reunión del Consorcio del 20 de julio de este año: "Desde noviembre de 1988 no ha sido posible derribar ninguna chabola de las 150 de nueva construcción". Gómez pidió a los concejales que agilizarán los trámites jurídicos y administrativos que permitan el desahucio y derribo de las nuevas chabolas. Si este fenómeno no se corta "puede desencadenar una llegada progresiva de familias a Madrid que haga inviable el realojamiento total de la población chabolista".

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