El Tesoro mantendrá el nivel de reservas tras el recorte del coeficiente de caja del 19% al 5%
La proyectada reducción del coeficiente de caja que deben mantener bancos, cajas y otras entidades financieras desde el actual 19% hasta el entorno del 5% cambiará radicalmente la estructura del balance del Banco de España. Ahora son los bancos, a través de los activos de caja, los que financian el mantenimiento de las reservas de divisas que tiene el Banco de España. Tras la reducción será el sector público el que soporte la partida de las reservas, tal como ocurre, por ejemplo, en Estados Unidos, donde es el Tesoro es el que mantiene las reservas de divisas.
La reducción del coeficiente de caja recortará de forma paralela el importe de los activos de caja, que son los depósitos obligatorios que tienen que hacer las entidades de crédito en el banco emisor, por el importe que resulte de multiplicar su pasivo computable por el 19% de coeficiente obligatorio.Para salvar esta diferencia sin que se produzcan tensiones en el mercado monetario se ha pensado lanzar una emisión gigante de deuda pública a largo plazo (más de diez años) por la diferencia entre los nuevos activos de caja (con un coeficiente del 4% o el 5%) y los actuales.
Con esta transformación, será el sector público el que salvará la reducción de las tres cuartas partes de los activos de caja y será el que financie el mantenimiento de los 45.000 millones de dólares (más de cinco billones de pesetas) acumulados como reservas de divisas.
En la actualidad, el sector público mantiene una cuenta de números rojos con el Banco de España. El Tesoro le debe al banco emisor algo menos de un billón de pesetas y, por mandato de ley presupuestaria, ese débito no puede superar el 12% del gasto público.
Con esta macroemisión de deuda, los números rojos de¡ sector público con el banco emisor cambiarían de signo y el primero se convertiría en prestamista del Banco de España.
Amortización
Por otro lado, esta emisión de deuda a largo plazo, además de convertirse en la principal contrapartida de balance de las reservas, permitiría una amortización anticipada de parte de la deuda pública que ahora mantiene el Banco de España, en parte para sus operaciones de drenaje de liquidez del sistema monetario pero en parte también para colaborar a la financiación del sector público.Los efectos de la disminución del coeficiente de caja no acaban en el cambio de titularidad real de las reservas, desde el sistema bancario al Tesoro, con el Banco de España en ambos casos como parte interpuesta.
La puesta en circulación de esta deuda pública iniciará de golpe la negociación de títulos a más de diez años de plazo, de acuerdo con lo previsto.
Las autoridades económicas aún no han decidido en qué medida puede ser negociable esta nueva deuda, aunque es previsible que en un principio se limite a las propias entidades de crédito en el mercado interbancario para posteriormente abrirse al público en general.
El tipo de interés que se decida en la emisión no podrá ser superior al 7%, que es el interés que ahora recibe el tramo remunerado del coeficiente (un 11,5%) y que sitúa la remuneración media total de los activos de caja en el entorno del 4%, ya que una remuneración superior supondría un coste adicional para el Tesoro.
Subida de intereses
Aun sí se mantiene una remuneración del 7%, será muy inferior a la de la deuda de las obligaciones del Estado a 10 años.De acuerdo con las previsiones de los analistas de este mercado, esta circunstancia podría producir una rápida elevación de los intereses por encima del 10%, en el momento en que se iniciase la negociación en el mercado secundario. La subida de intereses, a su vez, provocaría pérdidas en los bancos implicados.
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