Antiheroes y héroes
Retrato de un gangster es una pelicula del género negro realiza da a deshora. En los sesenta el género está en declive aunque proliferen algunos títulos vincu lados siempre a historias sobre clásicos hampones. Entre los gangsters más sobresalientes de los años treinta, crecidos por el negocio clandestino que propició la ley seca, está la biografía de Dutch Schultz. Como todos, de rata callejera llegó a convertirse en un vulgar chantajista y controlar el tráfico ilegal y el juego. La personalidad de Schultz está fielmente reflejada en el personaje que Coppola dibujó en Cotton Club, con el apodo de El Holandés, cuya vida terminaba a manos de los matones del dueño del famoso localHoward Brawn, el guionista tomó literalmente los retazos biográficos de Schultz, contados en otros fragmentos de dis tintas películas, para relatar linealmente la historia del gangster más sádico y vengativo, que destacó y se encumbró por los métodos crueles que utilizaba para eliminar a sus adversarios
Joseph Peyney, un director de segunda fila, afrontó el proyecto recreándose en la estética de los años treinta, pero sin lograr el éxito que había suscitado Shakedown, que había realizado en 1950. Aun tratando historias muy semejantes, tampoco Retrato de un gangster es comparable a sus coetáneas. La ley del hampa (1960), sobre la vida de Legs Diamond o Al Capone (1959), resultaron biografías mucho más atractivas que la de Schultz, que en el fondo es un antihéroe que acaba con sus huesos en el asfalto del que había surgido. Vic Morrow, que desde que interpretara Semilla de maldad (1956) se había especializado en papeles de cruel delincuente, aporta su adusto gesto a esta encarnación del airado Schultz.
Los héroes son los personajes del Trono de fuego, reciente producción italiana nacida al amparo del éxito del último cine de aventuras. La película es cualificada representante de la moda del cine fantástico. El argumento extraído de la mitología nórdica corresponde al período histórico de los pueblos bárbaros. Al estilo de Conan el bárbaro o Átor el poderoso -títulos más populares de este reciente género-, basa su atractivo en la cuidada selección de actores para encarnar a héroes y heroínas atléticos, atractivos y sensuales.
Peter McCoy (Günar el guerrero) y Sabrina Siani son prototipos perfectos que satisfacen estos cánones estéticos impuestos por la escasa indumentaria y la parafernalia guerrera de las tribus de la época.
