Algunos miembros del Consejo califican de excesivas las medidas pedidas a las centrales

La trascendencia del informe preliminar del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) sobre el accidente de Vandellós 1 no ha sido comentada ni ampliada en las fuentes directivas del consejo. La postura en favor de un control muy riguroso de las condiciones de seguridad de las centrales que mantiene Donato Fuejo, presidente del CSN es calificada de excesiva por algunos destacados miembros del Consejo, situados en unas posiciones próximas a las del sector eléctrico, propietario, a su vez, de las plantas nucleares. En la toma de decisiones del Consejo están en juego muchos millones de pesetas y en gran medida la aplicación de los principios de la política energética española.Fuejo manifestó ayer su intención de no hacer ningún comentario al respecto hasta que el Consejo haya emitido el informe definitivo sobre el suceso. La aprobación del informe no fue tarea fácil en el seno del Consejo debido a los diferentes planteamientos de sus miembros, informaron fuentes de sectores representados en este organismo.

Fuejo dijo recientemente por una cadena de radio pública que hablar de que las centrales nucleares españolas eran completamente seguras; se acercaba mucho a una falacia. Mientras que el presidente se mostraría partidario, afirmaron las mismas fuentes, por ejemplo, de que el Consejo operara con total autonomía y que sus decisiones fueran vinculantes, los sectores más próximos a las empresas eléctricas desearían que sus funciones fueran más ordenancistas.

No resulta extraño, interpretan los mismos medios, que las decisiones del Consejo se adopten tras un debate laborioso "porque el presidente quiere siempre alcanzar la unanimidad".