El ex camarada VIasi, en el banquillo
Juicio político al que fue jefe del partido comunista en Kosovo
MIRJANA TOMIC ENVIADA ESPECIAL Azem VIasi parecía relajado cuando entró ayer en el juzgado para escuchar las imputaciones contra él y otras 14 personas acusadas de promover actividades contrarrevolucionarias. El ex líder comunista de la provincia yugoslava de Kosovo (de mayoría albañesa) no llevaba esposas, y aunque había adelgazado parecía con buena salud a pesar de los ocho meses de encarcelamiento. Entrando en la saláde audiencias, guiñó el ojo a su esposa, Nadira, sentada entre el público, como si le estuviera diciendo que tenía el control de la situación.
Con 45 minutos de retraso, el juez comenzó el segundo día del proceso a Azem Viasi, que se celebra en Titova Mitrovica (Kosovo). La mañana fue dedicada a la lectura de una parte del larguísimo pliego de cargos, de 99 páginas. El fiscal, Spasoje Zamfirovic, que el jueves pasado había perjudicado el proceso al afirmar que los abogados deberían comprobar la inocencia y no la culpabilidad de los procesados, leyó 15 páginas de lo que parecía un panfleto político."En las condiciones de las actividades contrarrevolucionarias de los nacionalistas y separatistas albaneses en Yugoslavia, cuyo objetivo es destruir la fraternidad y la unidad entre los pueblos (...) [los procesados] se unieron a estas actividades (...) apoyando las manifestaciones de los.ciudadanos albaneses en noviembre de 1988 y febrero y marzo de 1989 para lograr sus fines", asegura la acusación. "Conscientes de los intentos de los órganos del Gobierno (...) para liquidar las actividades de los nacionalistas y los separatistas albaneses, los procesados falsificaron la realidad socio-política del país, sobre todo aquella referente a las relaciones interétnicas (...) y convencieron a los manifestantes y a los huelguistas de que sus demandas eran justificadas".
La definición de quiénes son los nacionalistas y los separatistas albaneses no se especifica ni en las acusaciones ni en las evaluaciones de los órganos oficiales yugoslavos. Tampoco se han presentado las pruebas de quiénes y cuántos son los grupos de albaneses que aspiran a la separación de Kosovo de Yugoslavia y su adhesión a Albania.
Es suficiente que el órgano oficial califique de contrarrevolucionaria una manifestación o una huelga para que todos los que participen en ella sean considerados contrarrevolucionarios.
Albaneses 'honestos'
Los albaneses no nacionalistas suelen llamarse "honestos" o "de orientación yugoslava". De ahí la constatación de que una persona actúe contrarrevolucionariamente se basa en las evaluaciones de los foros políticos. No es casual que las pruebas contra VIasi se basen en sus discursos. Un ejemplo: ante miles de manifestantes, en noviembre de 1988, VIasi dijo: "Yugoslavia se ha mantenido debido al respeto de la igualdad y la libertad de todas las nacionalidades garantizadas en la Constitución de 1974". Esta aseveración fue calificada de contrarrevolucionaria porque contrastaba con la política serbia del momento, dirigida hacia la revisión de dicha Constitución. Otro cargo es haber pedido un telegrama de apoyo a sus amigos del partido, lo que contrastaba con el principio del centralismo democrático. Éstas y otras incriminaciones que demuestran sus actividades contrarrevolucionarias se basan en las evaluaciones políticas de su actuación hechas por las diferentes instancias del partido, pero ni la parte del pliego de cargos leído ayer ni el documento entero contienen pruebas de actos criminales.
Ninguno de los procesados admitió haber aceptado su culpa, puesto que no se sentían como criminales. Al final de la sesión matutina, el fiscal, cuya inseguridad minan 24 abogados funcionando como un equipo muy bien coordinado, interrumpió la lectura del pliego de cargos porque un abogado le miraba con malos ojos.
El procurador pidió al juez que apuntara esta provocación oftalmológica, lo que provocó risas. Tras este incidente, pero no debido a él, el juez decidió interrumpir el proceso y anunció su reanudación para el 4 de diciembre.
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