La invasión de los ladrones de cuerpos,

77 minutos. (1.00, TVE-1).La trama es suficientemente conocida: tras una ausencia por motivos profesionales, un médico llega a su pequeño pueblo, donde varios habitantes le hacen ver extrañas anomalías en el carácter de sus familiares y amigos, fisicamente ellos mismos, pero, por así decirlo, vaciados por dentro. La explicación viene del espacio, de unas misteriosas vainas extraterrestres que reproducen al ser humano para tomar posesión de él.Palabras mayores del cine fantástico. Sabido es que hubo en él una época dorada que se alimentó de productos de serie B, carnaza para programas dobles concebida sin ánimos de perdurabilidad. Su director, Don Siegel, es por derecho propio uno de los grandes del cine de acción contemporáneo, de férrea estirpe, la de los Aldrich, Fleischer o Peckinpah -por cierto, Peckinpah aparece en La invasión de los ladrones de cuerpos en un sólo plario- La película es también una alegoría política sobre los sistemas totalitarios; no obstante, hay que valorar y quedar prendado por la poderosa concisión de una película trepidante, milagrosamente económica y servida por unos actores que alcanzan la perfección absoluta.-