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UNA VIDA AL SERVICIO DE LA REVOLUCIÓN

De nombre, Dolores

Pasionaria dedico todo en la vida a la causa del comunismo, al "único camino"

EL PAÍS No se llamaba Dolores, ni tampoco Pasionaria, pese a que por ese nombre la conoce la historia, sino Isidora, que así la inscribieron en el Registro Civil un día de diciembre de 1895: Isidora Ibárruri Gómez, hija de Antonio, el Artillero, porque ése era su oficio en la mina de Gallarta, en Vizcaya, y de Dolores Gómez, una castellana que le pasó el nombre Fue la octava de once hijos.

La infancia de Dolores Ibárruri coincidió con la del siglo. Se crió leyéndole a su padre cualquier periódico viejo, y comenzó a educarse en "un viejo caserón sin luz, pringoso de humedad que estaba encima de la perrera, la cárcel donde permanecían los detenidos hasta que se ordenaba su traslado a la capital", recoge Andrés Sorel en Dolores Ibarruri Pasionaria, Memoria Humana (Exadra, 1989).

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De la escuela guardó siempre buenos recuerdos. Quizá viniese de allí la idea de ser maestra. De la escuela y de Antonia Izar de la Fuente, que le enseñó las letras y los ríos de España y que luego moriría bajo las bombas en Gernika. Llegó incluso a hacer el curso preparatorio. Pero su padre, minero desde los 18 años hijo de minero muerto al caerle encima un bloque de piedra, religioso y carlista, le dio una formación católica y estudios hasta los 15 años, y la madre ayudó a quitarle esa idea.

Con frecuencia acudía de chica desde Gallarta a Bilbao para vender sardinas. Después se puso a servir, y durante tres años lo hizo en la casa del comerciante más rico de Gallarta, Rafael Cenencorta.

A ella le gustaba Miguel Echevarría, un joven de Matamoros que era ajustador, pero tan tímido que casi ni hablaba. De modo que se terminó casando, a los 20 años, con Julián Ruiz Gaviña, un joven socialista que sabía por qué luchar. Fue él quien la introdujo en la Casa del Pueblo de Somorrostro, donde recibió sus primeras lecciones de socialismo. El matrimonio duró 17 años.

Su educación continuaba. Tienen importancia en esa época las novelas populares que le proporcionaban ejemplos para mostrarles a sus compañeros qué es la lucha de clases. La lucha de clases es una campesina seducida por un señorito, por ejemplo.

Seis hijos: Rubén, Esther, Eva (muerta a los dos meses) y tres trillizas, Amagoya (muerta nada más nacer), Azucena (muerta a los dos años) y Amaya, que se había de separar de su madre a los 11 años y que se había de casar en Rusia con un oficial soviético; es la única que le ha sobrevivido. Julián Ruiz, el padre de sus hijos, falleció en agosto de 1977.

A Pasionaria el nombre le vino por su lengua de fuego, y también por firmar con ese seudónimo de guerra -la primera vez durante una Semana Santa, "para ponerme a tono con las fechas"- en dos periódicos de combate: El minero vizcaíno y La lucha de clases.

Su verbo enérgico comenzó a hacerse oír en la huelga de Asturias de 1917.En 1920 ingresó en la Agrupación Socialista de Somorrostro, que ese mismo año se transformó en Agrupación Comunista. "Ya apenas puedo hablar de matrimonio". "Mi verdadero matrimonio ahora es la política".Ibárruri asistió como delegada al primer congreso del PCE, en 1923, y se encargó del Secretariado Femenino del buró político. En la conferencia de Bilbao en 1930 fue elegida miembro del Comité, Central."En septiembre de 1931, el partido ha decidido trasladarme a Madrid. Voy a cumplir 36 años. No habrá más hijos en mi vida. Mi matrimonio ha terminado. Mis bodas, ahora, son ya plenas con el partido, con la lucha. Es el único camino, mi único camino"."El mar de la aventura"Ese año la encarcelan en Madrid por primera vez, "por actividades propagandísticas", y la liberan tras una huelga de hambre de cuatro días. Ya es 1932.El año anterior había asistido en Sevilla al cuarto congreso del partido, primero celebrado de forma pública, y oficial, y donde es elegida, junto con José Díaz, miembro del Comité Central. Cárcel de nuevo hasta 1933 y nuevas huelgas para reivindicar el estatuto de presa política. En el año de su puesta en libertad, fue elegida miembro del Comité Ejecutivo. En un enfrentamiento con los guardias de asalto en Madrid, un zapatero con una bala en la cabeza se le murió en los brazos. Ese mismo año viajó por primera vez a la Unión Soviética como delegada al XIII Pleno de la Internacional Comunista. "El mar de la aventura se había abierto a mis ojos. Ya mis navegaciones no tendrían fin".Tomó parte en el último congreso de la Internacional Comunista en julio y agosto de 1935, en el que resultó elegida miembro del Presidium del Komintern. En este congreso se aprobó la política del Frente Popular. En París asistió al Primer Congreso Mundial de Mujeres contra la guerra y el fascismo, cuya sección española había creado Irene Falcón. Por aquel tiempo comenzó a colaborar en Mundo Obrero.En las elecciones del 16 de febrero de 1936 consiguió un escaño por Asturias. En los debates se enfrentó con violencia verbal a Calvo Sotelo, al cual llegó a amenazar. Hablaba fuerte: "Hay que encarcelar a los terratenientes que lanzan a la miseria y al hambre a los campesinos; hay que encarcelar a los que con un cinismo sin igual, llenos de sangre de la represión de octubre, vienen aquí a exigir responsabilidades por lo que no se ha hecho..."

No es posible hablar mucho tiempo de la guerra de España sin mencionar a Dolores Ibárruri, cuyas soflamas se convirtieron en la voz que llamaba a los republicanos a no rendirse. De ella fue el grito de "¡Los fascistas no pasarán!", como cierre de su llamamiento a la defensa de1a República desde Unión Radio, el 19 de julio de 1936. Su fallida profecía, transformada en consigna de urgencia, se convirtió en una de las más famosas de la guerra.Asilo en la URSSTras la derrota buscó asilo en la Unión Soviética. El 5 de marzo de 1939 tomó un avión en el aeródromo de Monóvar que le condujo a Orán, desde donde siguió a París, y finalmente llegó a Moscú. En aquella ciudad le sorprendió el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Entre 1941 y 1944, vivió en Ufa, capital de la república de Bashkiria.

En 1942, a la muerte de José Díaz, le sucedió en la secretaría general del PCE, cargo en el que se mantuvo hasta 1960, cuando se lo entregó a Santiago Carrillo. El 3 de septiembre de aquel mismo año perdió a su hijo Rubén, que murió luchando en Stalingrado. La noticia le fue comunicada por Nikita Jruschev. "Desde pequeño se acostumbró a las prisiones: primero el padre, luego yo misma. Y a ganarse la vida. Y a continuar nuestra propia acción política".

Con la liberación marchó a París, pero regresó a Moscú en 1948. Allí fue nombrada vicepresidenta de la Federación Democrática Internacional de Mujeres. En noviembre de 1954 fue reelegida secretaria general del PCE en el quinto congreso. En el sexto congreso, fue sustituida por Santiago Carrillo y nombrada presidenta del partido.

Aunque fue abandonando cargos y responsabilidades, nunca se retiró del todo. Durante las últimas tres décadas intervino en nume rosos mítines en París, Roma, Ginebra y otras muchas ciudades. Continuó su incansable actividad política con un pañuelo al cuello, vestida de riguroso negro y el pelo blanco en un moño. Su figura fue reconocida como un punto de referencia en tiempos de crisis de doctrina.

En Moscú fue proclamada ciudadana soviética de honor y recibió en 1966 la Orden de Lenin, la más alta condecoración que otorga la Unión Soviética, por su libro El único camino, escrito en 1960, que fue publicado en 1979 en España.

El 13 de mayo de 1977 volvió a España, tras un exilio de 38 años. El suyo fue uno de los regresos más significativos, junto a los de Rafael Alberti, María Teresa León o María Zambrano. En las primeras elecciones legislativas democráticas fue elegida diputada, después de haber presidido la mesa de edad El 13 de julio de aquel año ocupó la vicepresidencia de las primeras Cortes democráticas.

En octubre de 1977 le fue colocado un marcapasos, tras serle diagnosticado un bloqueo cardíaco. En febrero de 1978 fue intervenida de nuevo para sustituir el marcapasos.En 1983, y ante la grave crisis del partido, escribió un breve y patético artículo, Salvar al PCE, en el que exigió a los comunistas la unidad y a la vez, el sentido del cambio. El 8 de diciembre de 1985, con motivo de su 90º cumpleaños, el PCE organizó un mitin-homenaje en Madrid al que asistieron unas 15.000 personas. El 8 de noviembre de 1986 fue homenajeada en su pueblo natal de Gallarta. Dolores Ibarruri inauguró una plaza con su nombre y recibió la medalla de oro de la vill´.

De ella escribió Blas de Otero: "Vasca desde la raiz /'luchó como el viento del Cantábrico, / amó a los mineros, a los obreros /campesinos; /es resistente como el, hierro de Gallarta y / venerable como un roble de mi villa natal, / Orozco."

Y ella le dijo a Sorel: "Me moriré de pie, aqui, en esta sexta planta de la Santísima Trinidad, mirando las estrellas. Será de noche. Por unos instantes se habrá hecho el silencio. Ese impresionante silencio del Universo".

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