El Consejo de Seguridad Nuclear admite tener dificultades para encontrar técnicos que vigilen las centrales

El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) tiene dificultades para encontrar técnicos cualificados que acepten ser destinados a las centrales' españolas para fiscalizar permanentemente sus instalaciones, según reconocieron ayer fuentes del citado organismo nuclear. Vandellós 1, la central de Tarragona que sufrió el pasado día 19 el accidente nuclear más grave registrado en España, carece de inspector residente, aunque en los próximos días contará con uno. Esta planta atómica fue la que menos revisaron los técnicos del CSN el año pasado, "debido a que era muy poco conflictiva".El escaso número de revisiones a que fue sometida Vandellós 1 durante 1988, cinco en total, fue justificado por portavoces del consejo dada "la baja conflictividad y los prácticamente nulos incidentes que había sufrido en los últimos años". Esta circuristancia, añadida a la ausencia de un inspector residente en el complejo, ha obligado al CSN a fiarse de la información que les suministraba la dirección de Vandellós 1. El día del inceridio del complejo, la dirección de la central comunicó el incidente al organismo nuclear con media hora de retraso.

Portavoces del máximo organismo en materia de seguridad nuclear reconocieron que se encuentran con problemas para localizar ingenieros de alta cualificación, que acepten ser trasladados de Madrid a Cáceres o Tarragona, donde están situadas, respectivamente, las plantas nucleares de Almaraz y de Vandellós y Ascó. "En parte es normal porque los técnicos son reacios a marcharse fuera y no es fácil convencerlos", argumentá la misma fuente.

El CSN no está obligado por ley a destinar a un técnico en cada planta, aunque su actual presidente, Donato Fuejo, ha decidido impulsar esta política para ejercer con mayores garantías la función de fiscalización que tienen encomendada. Fuejo tiene proyectado ampliar a dos el número de inspectores residentes por central, para que uno se especialice en actividades radiológicas y otro en protección civil,

Vandellós 1 tenía vacante la plaza de inspector residente desde hace dos años. No obstante, los mismos portavoces afirmaron que días antes del siniestro se nombró al inspector de Vandellós 2, Juan Carlos Carles, representante del CSN en es-te complejo. Este técnico continúa trabajando en las instalaciones de Vandellós 2 puesto que no :se ha hecho efectivo el traslado.

400.000 pesetas al mes

El escaso personal de que dispone el CSN para desplegar en las 10 centrales nucleares españolas dificulta su función de fiscalización en estas instalaciones. En diversas ocasiones, los concursos se han declarado desiertos debido a que los técnicos que concurrían no alcanzaban los niveles exigidos o n.o se presentó nadie. Los inspectores, que perciben mensualmente entre300.000 y 400.000 pesetas, se comprometen a permanecer un mínimo de tres años en el destino que ies ha sido asignado. Transcurrido este período, el CSN promueve el traslado de destino de los técnicos con el objetivo de evitar que surjan posibles complicidades entre ellos y la dirección de la planta.Las relaciones entre las direcciones de las centrales y los inspectores residentes suelen ser tensas. En alguna ocasión los responsables de plantas atómicas han ocultado información a los técnicos del CSN, como por ejemplo en el caso de Cofrentes (Valencia), donde se produjo un vertido radiactivo al exterior que la dirección de la planta estaba intentando solucionar sin dar aviso al inspector residente. Éste tuvo conocimiento de la actuación negligente al observar desde la ventana de su despacho cómo un albañil estaba cubriendo con cemento una zona en la que en teoría no se realizaban obras. El cemento tenía la misión de aislar el material líquido vertido.