Referéndum en Hungría para decidir las elecciones presidenciales

La fecha y forma de las elecciones presidenciales húngaras serán decididas mediante un referéndum, según acordó ayer el Parlamento tras largos y agrios debates entre la oposición radical y el Gobierno. El referéndum se realizará el 26 de noviembre, con lo que se aplazan las elecciones presidenciales, que estaban previstas para el 25 del mismo mes. La iniciativa de convocar un referéndum fue del partido opositor Alianza Democrática Liberal, antigua oposición democrática, que reunió 210.000 firmas, en respaldo a su idea.Este partido opositor pretende de esta forma aventajar a Imre Pozsgay, el candidato de los comunistas reformados, a quien califican como "un populista que puede transformarse fácilmente en un dictador". Los líderes de la Alianza Democrática Liberal están seguros de que si es el nuevo Parlamento democrático el que elige al futuro presidente de Hungría, "Pozsgay no tiene posibilidades de ganar".

Si el resultado del referéndum es realizar los comicios presidenciales antes de las primeras elecciones parlamentarias, se fijaría la fecha de los mismos para el 7 de enero, y la segunda vuelta para el 14 del mismo mes. Si, por el contrario, el resultado de la votación es elegir al jefe de Estado después de los comicios parlamentarios, los primeros libres desde 1947, la elección se realizaría a fines de la primavera de 1990, por voto de los delegados en el Parlamento.

Por temor a las abstenciones electorales, el Parlamento decidió también que el mismo día de las elecciones se realice un plebiscito para elegir el símbolo nacional húngaro. Las posibilidades son la corona de San Esteban, el santo patrón del país magiar, y el escudo republicano de Kossuth, que simboliza la revolución de 1848. No se va a presentar la tradicional estrella roja entre las opciones porque "todos los estalinistas la elegirían y quedaría claro lo numerosos que son", señaló una fuente extraoficial.

El Parlamento húngaro aprobó ayer por mayoría de votos la autorización al primer ministro Miklos Nemeth, para paralizar definitivamente el controvertido proyecto de la central hidráulica danubiana de Nagymaros. Los ecologistas húngaros consiguieron hace dos meses que se paralizara la construcción.