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La CE aplicara las reglas de origen a las importaciones

"La Comunidad Europea continuará aplicando reglas de origen de una manera que no afecte ni al comercio ni a las inversiones", declaró ayer en Bruselas la comisaria Christiane Scrivener. Las reglas de origen o el grado de valor añadido incorporado a un producto para que sea considerado como comunitario o de país tercero a la hora de aplicar gravámenes arancelerarios son la base de los conflictos comerciales de la CE con países terceros, especialmente Japón.La nueva definición de reglas de origen debatida ayer por la Comisión Europea intenta solventar la polémica suscitada en el seno del GATT contra la Comunidad, acusada de utilizar las reglas de origen como un filtro para evitar la penetración de importaciones extranjeras. La CE, por su parte, entiende que estos mecanismos son "indispensables para llevar a cabo ciertas medidas comerciales", aunque las normas deben ser "neutras y técnicas". La aplicación de derechos antidumping contra importaciones provenientes de terceros países responde casi siempre a la acusación hecha a Japón y otros productores orientales de utilizar sus fábricas en Europa como simples plantas de ensamblaje, donde el grado de transformación introducida al producto es mínima y cuyo único objetivo es sortear barreras aduaneras.

El problema es especialmente acuciante en el caso de los automóviles y sirvió para que Francia negara la entrada de coches de Nissan fabricados en el Reino Unido. El Gobierno francés se negó a considerarlos británicos y los sometió a los contingentes mínimos concedidos a Japón bajo el criterio de que el valor de la transformación realizada en terreno comunitario no superaba el 70%. La CE prepara una estrategia para la importación de autómoviles japoneses, sobre la base de una apertura progresiva a realizar durante los cinco años posteriores a la creación del mercado único.

La negociación de ese plazo con Japón se justifica en que, a partir de 1993, un producto importado en un país de la CE no puede ser vetado en otro y, por ejemplo, Bélgica tiene un régimen de libre importación para los coches japoneses. Para ganar tiempo, el poderoso lobby automovilístico de la Comunidad ha logrado retrasar la estrategia comunitaria para el sector, pendiente de aprobación desde hace más de un año. También las reglas de origen sirvieron hace tres años para enturbiar las relaciones comerciales hispano-portuguesas.

La Comisión Europea no ha definido todavía los umbrales de integración a partir de los cuales un producto pasará a ser calificado de comunitario. El nuevo documento se limita a diferenciar entre las reglas de origen preferenciales, para los países o mercancías que reciban este trato, y el resto.

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