Sátiras extravagantes
Tarzán en Nueva York es la última de las cuatro películas que Telemadrid ha programado cronológicamente sobre la serie. La fuga de Tarzán, Tarzán y su hijo y El tesoro de Tarzán han sido las anteriores. Todas ellas dirigidas por el eficaz Richard Thorpe y con Johny Weissmuller y Maureen O'Sullivan de protagonistas, la pareja más prototípica. También es la última de la Warner, la productora que desde 1932 a 1942 se encargó de filmar las novelas de Bourroughs. Fue en esta década cuando se realizaron las mejores películas de la saga. A partir de esa fecha la Warner cedió los derechos a la RKO y aunque Weissmuller siga protagonizándolas hasta 1948 -año en que su deteriorada silueta le obliga a abandonar el personaje-, las películas se alejan del espíritu creador del escritor, que no imaginó a su héroe luchando contra nazis, amazonas ni en países ajenos al continente africano.Tampoco imaginó a Tarzán en Nueva York, por lo que únicamente la Warner es responsable de esta historia. El éxito de las películas exigía cambiar los argumentos, la presión del mercado conducía a un progresivo agotamiento temático. Con ésta, los productores, indirectamente, llevaron al límite uno de los conceptos más claros de las novelas de Bourroughs: la oposición a la civilización.
Tarzán en Nueva York es el mayor exponente de la contradición entre civilización y naturaleza. La llegada de Jane al paraíso del buen salvaje había supuesto el comienzo de la integración social de Tarzán. Pero en realidad Tarzán no ha aprendido nada de Jane. Dentro del escenario urbano vuelve a ser el ingenuo hijo de la selva, incapaz de valorar los objetos culturales que le rodean. Cierto que lleva dentro el odio a quienes secuestraron a su hijo, pero es capaz de discernir lo positivo y lo negativo de la civilización y ve la gran urbe como una tribu canallesca. La película es una extrapolación exagerada del mito, y hoy resulta una sátira inocente y extravagante. Supermán y Batman ha dejado a este héroe a la altura del betún.
Menos inocente es la enloquecida sátira social en torno a las peripecias de un inadaptado poeta que protagoniza Sean Connery. Un loco maravilloso es un divertimiento que aprovecha, el actor; no estaba dispuesto a dejarse absorber por James Bond, el peronsaje que le había llevado a la fama. La encarnación del papel de poeta loco tiene características muy distintas y revela a Connery como un actor expresivo, por encima del mimético agente 007 que le encasilló en su carrera.
Tarzán en Nueva York se emite a las 15.00, y Un loco maravilloso, a las 23.00.
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