El fracaso de Argel
La sociedad vasca aísla a ETA tras frustrarse el diálogo para la paz
Los esfuerzos del secretario de Estado para la Seguridad, Rafael Vera, en Argel para alcanzar un acuerdo con ETA resultaron inútiles. Los contactos iniciados en la etapa de José Barrionuevo como ministro del Interior serían impulsados infructuosamente con la llegada al departamento de José Luis Corcuera.El comunicado de ETA publicado el 27 de marzo en Egin difundía ocho puntos supuesta mente pactados con el Gobierno y un problemático prólogo que según la versión de la organización terrorista, recogía un pasaje de las conversaciones (grabadas por ambas partes, según Egin, mientras el Gobierno niega que existan esas cintas). Este texto registraba la disposición del Ejecutivo a una futura reforma de la Constitución para incluir el dere cho de autodeterminación. El Gobierno ha reiterado que esa reforma, como cualquier otra modificación de la Carta Magna sólo puede ser planteada por los canales políticos previstos en la propia Constitución.
Ese pasaje y el punto del comunicado etarra que hacía refe rencia a la constitución de una segunda mesa complementaria de conversaciones levantaron las iras de algunas fuerzas políticas, especialmente del PP.
El Ejecutivo no incluía estos términos en el comunicado oficial y, a pesar de los esfuerzos de Vera por desatar ese nudo, ETA respondió con la reanudación de sus acciones terroristas.
La organización terrorista comunicó el 6 de abril en otra nota al diario Egin que abría "todos sus frentes de lucha" mientras el Gobierno no respetara los ocho puntos. Corcuera anunciaba el fin del diálogo el 10 de abril después de que ETA enviara varias cartas-bomba.Cerco al terrorismoEn 1986, ETA cometió tres graves atentados que buscaban forzar el diálogo con el Gobierno. El 14 de julio perpetró un atentado con explosivos en la plaza de la República Dominicana, en Madrid, en el que murieron 13 guardias civiles y resultaron heridas otras 45 personas. El 22 del mismo mes, seis granadas anticarro fueron disparadas contra la sede de Defensa, sin causar víctimas.
La banda lanzaba una seria advertencia frente a la política de reinserción con el asesinato de María Dolores González Cataráin, Yoyes, una dirigente histórica que había decidido regresar al País Vasco. El año 1987 sería especialmente sangriento con los atentados de Hipercor -21 muertos- y la casa cuartel de Zaragoza -11 víctimas mortales- No obstante el Gobierno seguiría luchando en todos los frentes y conseguiría relevantes éxitos policiales.
Las manifestaciones contra el terrorismo se reprodujeron masiva y frecuentemente en esta legislatura. El progresivo aislamientode ETA sería decisivamente impulsado, en enero de 1988, por el pacto antiterrorista de Ajuria Enea suscrito por todos los partidos con representación parlamentaria, menos HB.
España logró también, gracias a Francia, la detención en el país vecino de los dirigentes etarras Santiago Arróspide Sarasola, Santi Potros, y José Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea, Josu Ternera. Los caída de los dos máximos jefes del aparato militar de ETA y la documentación incautada al primero asestarían un duro golpe a la organización.
También se conseguiría desarticular importantes aparatos de los comandos Madrid, Barcelona, Guipúzcoa y Araba.
La eficacia antiterrorista sufrió un serio revés en 1988 por el largo secuestro -ocho mesesdel industrial Emiliano Revilla que, sin duda, debió suponer una fuerte inyección de fondos para las debilitadas arcas de la banda.
Los servicios antiterroristas consiguieron también reducir el número de nitiertos por atentados. De 49 víetimas en 1987 -el año más sangriento desde 1982- se ha pasado a 16 en los 10 primeros meses de 1989.
Últimamente, ETA ha abierto dos nuevos frentes de acción: atentados contra miembros del sistema judicial (asesinato de la fiscal Carmen Tagle) y contra la construcción de la autovía que unirá Guipúzcoa y Navarra.
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