Los 10 minutos de Marlon Brando

Después de sus apariciones estelares y multimillonarias en Apocalipse now y Superman, Marlon Brando volvió a ellas en un filme de mucha menor categoría -para retirarse del cine en toda la década, hasta ahora, que ha hecho una espectacular rentrée y, de ser ciertas las noticias que por ahí corren, interpretará el Nostromo, de Lean, en nuestro suelo-, una película de intrigas petroleras llamada La fórmula, en la que se limitó a dos o tres cortas apariciones -sumadas deben dar diez minutos de presencia del actor en la pantalla-, muy solemnes, eso sí, consciente de su magnetismo y su aureola demiúrgica.En realidad, con George C. Scott cargando el peso de la obra, La fórmula es sólo un bello ejemplar de la maquinaria hollywoodiense y su capacidad de engatusar al respetable con tostones y mediocridades amparándose en la convocatoria de los astros.

Los actores, Brando por ejemplo, se venden fácilmente por su peso en oro -y el actor ya alcanzaba ahí los 100 kilos-, pues nadie debe pensar que un hombre que ha sobrepasado ampliamente el panteón de la inmortalidad con películas memorables e inmortales personajes creyera en el guión, en su papel, en el director John G. Avildsen -siempre impersonal- y en la película misma. Que encima salió embarullada, pesada, plomiza.

No mucho mejor es la propuesta de la tarde, Doble triunfo, el remake de un clásico de la Metro (National Velvet, con Elizabeth Taylor y Mickey Rooney), torrencialmente melancólico, convencional e inútil, a años luz del innegable encanto del original; Tatum O'Neal es mona, muy mona y muy graciosa, pero poco ayuda a soportar la atonía general.

Comedia efectiva

Sí, en cambio, sigue manteniendo cierta gracia El irresistible Henry Orient, comedia simple pero efectiva, con un Peter Sellers muy adecuado para el personaje de excéntrico pianista. Por lo que hace a La desobediencia, es un filme inédito basado en un texto de Alberto Moravia, intento de penetrar en una posguerra casi tan cruel como la propia guerra.Y dos regalos en las teles autonómicas: la reposición de El valle del fugitivo, western esquinado e intencionado de Abraham Polonsky, y Malpertius, un opresivo, onírico e inquietante cuento de Harry Küinel, su trabajo más personal y hoy olvidado.

La fórmula se emite hoy a las 22.50, y El irresistible Henry Orient, a las 16.05, ambas por TVE-1.