El pozo negro de la lidia
Si desde las páginas de EL PAÍS siempre se han defendido los valores más entrañables para la inteligencia humana, como son la libertad y la dignidad de todos, y además rezuma de honesta sensatez cualquier sección por donde le sea dado al lector hojear ese espléndido diario, yo me pregunto, día tras día, indignado, triste: ¿a ton de qué rancio prejuicio racial mantener esas páginas lamentables de sobrenombre La Lidia? ¿Por qué después de promover nuestra solidaridad contra todo atentado a los derechos del hombre nos obligan a tragarnos hímnicas apologías de la tortura como espectáculo, a gritar bravo a sesudas crónicas carnavaleras (jerga para iniciados incluida) desde el redondo infierno de la violencia y la muerte, a absorber el veneno tan amargo de esas patrioteras imágenes, que se quieren originales, de bocas agonizantes vomitando sangre y ademanes de chulería rastrera?Por favor, digan no a esa payasada absurda que ensucia su bien ganada reputación a los ojos de toda persona mínimamente sensible: mientras dure, en el país y en EL PAÍS, mantendrá a ambos inevitablemente amarrados al fondo del pozo más negro y sórdido de nuestra historia (y que no digan que si no nos gusta la fiesta a unos cuantos-muchos-miles, no miremos al pasar la hoja: otra sería la respuesta si se tratase de crónicas de la silla eléctrica en las páginas de espectáculos).
Para terminar, creo que el debate (sincero, abierto, rotundo) está servido desde hace muchos años, y sólo falta el primer valiente (ese sí) que se atreva con
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él. Y qué mejor que EL PAÍS para iniciarlo.- . San Sebastian de los Reyes. Madrid.
No me gustan ni un pelo las corridas de toros, y aunque no van por ahí los tiros de esta carta, lo dejo caer para que se tenga en cuenta que a pesar de ello no me pierdo ni una sola crítica taurina de Joaquín Vidal.
Leo hoy, 9 de octubre, en la sección La Cultura de su periódico, que algunos lingüistas achacan al periodismo actual ciertos defectos de fondo y de forma; en concreto, Jesús Ferrero le acusa de ser "poco literario". No digo que no, pero tome nota el señor Ferrero:
"El espíritu estaba presto. Presto / tenían el espíritu los diestros, / para torear, sólo que no habían contado / con los elementos. / Los elementos tienen difícil lidia / y si irrumpen desatados, como ayer / en Valencia, ni un pase".
No es que esto no sea poco literario, yo diría que es, incluso, lírico. Y ni corresponde a un ensayo ni a una columna de opinión; se trata del comienzo de la crítica taurina redactada por Vidal el mismo día 9: pura información de actualidad.
En fin, entiendo que el estilo de este periodista no responde a la tónica general, pero al menos espero haberle sacado la espina a Ferrero- Cristina Calle. Madrid
