La oposición turca boicotea la elección de Ozal como jefe del Estado

El boicoteo de la oposición política turca en la primera de las elecciones presidenciales, que protesta así por la candidatura del primer ministro, Turgut Ozal, a la presidencia, abre una grave crisis política. Solamente los diputados del Partido de la Madre Patria, el grupo de Ozal, estaban presentes ayer en la Asamblea Nacional de Ankara durante esta primera votación.

La crisis puede empeorar si los diputados de los dos partidos de la oposición hacen efectiva su amenaza de dimisión y abandonan sus escaños en la Asamblea Nacional después de la elección como presidente de Ozal, prevista para el 31 de octubre en una tercera votación.Las dos primeras vueltas para la elección parlamentaria de jefe del Estado requieren los dos tercios de la Cámara, esto es, 300 votos, y Ozal no tiene oportunidad de ser elegido antes de la tercera vuelta, que exige la mayoría absoluta simple, 226.

El principal partido de la oposición, el Populista Socialdemócrata de Erdal Inonu, que tiene 98 escaños de un total de 450, decidió ayer tras una reunión de su grupo parlamentario abandonar la Cámara antes de la primera vuelta electoral y "retornar al pueblo", si el resto de la oposición le secunda. El líder de la Recta Vía (derecha tradicional), Suleiman Demirel, es partidario de presentar la dimisión de su grupo parlamentario, que cuenta con 57 escaños.

Si dimitieran los 150 diputados de la oposición, habrá, conforme al mandato constitucional, elecciones parciales en un plazo no superior a tres meses. Sin embargo, la oposición boicotearía también estos comicios con el propósito de dejar en solitario al partido gobernante de la Madre Patria y forzar unas elecciones anticipadas. El partido de Inonu se inclina por esta estrategia, por cuanto el partido Izquierda Socialdemócrata, del ex primer ministro Bulent Ecevit -no representado en el Parlamento-, e Izquierda Democrática han dado garantías de no acudir a las elecciones parciales.

La oposición piensa que el poder actual no representa la voluntad popular, tras su estrepitoso fracaso en las elecciones municipales de marzo (solamente el 21,8% de los votos) que le relegó al tercer lugar.