Aquí no pasa nada

Si a lo largo de la semana no había quedado bastante claro que es Wall Street quien marca la pauta a los mercados de valores europeos, ayer las bolsas españolas hicieron una demostración contundente, ya que celebraron un buen IPC en Estados Unidos con un entusiasmo capaz de hacer olvidar a los más atrevidos que por estos pagos las cosas no andan nada bien en ese terreno. Un mercado capaz de mimetizar puntualmente los resaltados ajenos no ofrece garantía alguna, ya que hay que esperar a que terminen los demás para sacar conclusiones y actuar en consecuencia, es decir, qué hay que ir a remolque de los acontecimientos.Con todo, esta sesión ha puesto de manifiesto que el papel más nervioso ha terminado su actuación y que con ella se ha dado fin a los posibles apoyos institucionales, es decir, el mercado vuelve a contar, en términos generales, con sus propias fuerzas y marca la evolución de las cotizaciones según las leyes de la oferta y, la demanda.

El sector que acusó mejor el cambio ambiental fue el de construcción, con una subida en bloque que, si bien no sirve para recuperar las pérdidas anteriores, deja las cosas en su sitio. Esto significa que el mercado da por bueno el recorte, que acepta las consignas oficiales, y que está dispuesto a intentar nuevamente la aventura del corto plazo, tal y como puede deducirse de las tomas de posiciones que se prodigaron en esta sesión.

Las posiciones al cierre insistían en esa línea, ya que los tanteos compradores se imponían con cierta facilidad.