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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Penoso pragmatismo

Hay que ser prácticos. Hay que ser eficaces. Hay que ser rentables. Ésta parece querer ser la opción de nuestros políticos y la mayoría lo queremos, nos gusta, lo votamos.La tercera edad vota, luego, hay que atenderlos. Yo me alegro porque se lo merecen y porque es justo.Los niños no votan, no son rentables, son una inversión ineficaz.

En los Veranos. de la Villa anuncian títeres para niños. Viene en todos los periódicos y programas. Llegas allí con ellos, con los niños, y ¡suspendida la sesión! Si quieren pueden esperar a las diez, a la de adultos. El grupo de artistas está desilusionado. El lugar, inhóspito, arruinado por el fuego, semiabandonado.

Hoy llegamos a La Ciudad de los Niños en la Casa de Campo. Un municipal de guardián: no está abierto al público. Desde hace más de un año, sólo para los colegios que lo solicitan.

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Los niños se quejan quedamente: es que a mis profes no les gusta sacarnos del cole. Pero su voz viaja y se pierde con la brisa otoñal.

Tranquilos. Un poco más allá hay unos adoquines preparados para una obra. ¡Qué bien se lo pasan allí! ¡Cuidado no os hagáis daño, que no se rompan, dejadlo otra vez como estaba...! ¡Los niños con cualquier cosa se lo pasan bien!

Tenemos para nuestros hijos la sociedad que queremos y los políticos que votamos: la rentabilidad, la eficacia, el pragmatismo. Cuesta trabajo pensar, analizar, tomar postura. Mejor las adormideras, las evasiones, los... adoquines de la obra.

Y después de esto nadie sabe, nadie responde. Nuestros hijos siguen sin voz. Nosotros lo permitimos. En este caso no es eficaz la eficacia, no es práctico exigir pragmatismo, no es rentable pedir rentabilidad.

Pasará igual con los parados, con los drogadictos, con las empresas públicas, con los enfermos, con la ecología...

Y nosotros con nuestro voto aceptamos su pragmatismo, su rentabilidad, su eficacia. Lo suyo, lo de ellos, no lo de nuestros hijos, que es lo verdaderamente nuestro.-

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