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Tribuna
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Con guantes blancos o a pecho descubierto

Jorge Valdano

Uno es un animal manso en tierra de depredadores. Un caballero de fina estampa a quien es difícil ver en situación desairada, inarmónica o grotesca. Tiene el instinto homicida de los goleadores, pero asesina con guantes blancos.El otro es un realista que depreda a los depredadores. Un pragmático que declara enemigos a sus adversarios y apuesta la salud por un gol. Generalmente, la salud la pierde el enemigo y el gol se lo lleva él. Mata a pecho descubierto.

Esta noche se juega uno de esos partidos que se pueden ver desde todos los lugares en la seguridad de que muy cerca de cualquier sitio un genio estará ejerciendo de futbolista. Pero ubicarse detrás de la portería será un acontecimiento porque durante 45 minutos se tendrá la posibilidad de analiza el trabajo de Landrú y en los otros 45 el de Jack el Destripador.

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Dos estilos

El aire ausente, el gesto relajado y la figura estilizada de Marco van Basten transmiten la sensación de inocencia de un distraído, la imagen inofensiva de un hombre gentil y la impresión seductora de un dandy con calzoncillos blancos y polos de rayas rojas y negras.El blanco inmaculado que envuelve a Hugo Sánchez no es bandera de paz. Vive y juega para ganar y ni en la calle ni en la cancha da o pide tregua. Sólo al gol, símbolo de triunfo, le rinde un mínimo homenaje aéreo. Cuando sus pies están otra vez sobre la tierra, vuelve a sus concretas luchas.

El rubio holandés del Milán tiene velocidad y talento para administrarla, freno y aceleración; tiene gran técnica, expresada en el buen manejo del balón, el excelente tiro con las dos piernas en corta, media y larga distancia y el certero golpe de cabeza; tiene la misma capacidad para jugar de espaldas que de frente a la portería contraria; tiene una cabeza altiva que ayuda a la elegancia tanto como a la visión del juego; tiene amague, distinción, frialdad...; tiene, en fin, la categoría que corresponde a todo lo mejor de Europa.

El moreno mexicano del Madrid es un atleta acróbata calculador y certero. Su agilidad lo hace espectacular, la técnica de su zurda le da el privilegio de ser exacto y su inteligencia la usa para ser implacable. Cuando la pelota va hacia sus dominios como un problema redondo, su chip prodigioso encuentra la mejor solución: la ejecuta con la mayor decisión y la lleva a cabo en el menor tiempo. Del goleador tiene la precisión, la simpleza y el olfato y se da el lujo de rechazar el egoísmo. Por constancia, agresividad y fe en sí mismo, se hizo indestructible. Su calidad lo hizo grande.

Marco van Basten y Hugo Sánchez, el delantero cordial y el feroz delantero, son dos formas opuestas de ser especialistas. Dos 9. Dos maneras antagónicas de llegar al mismo gol y de servir al mismo espectáculo.

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