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La fiebre de octubre

120 millones de norteamericanos seguirán de alguna forma las series finales de béisbol

El béisbol profesional inicia hoy su momento cumbre. Se juega la Serie Mundial, que es nada menos que la final entre los campeones de la Liga Americana y Nacional. Y ello significa una especie de comienzo oficial del otoño, una época en que el país se detiene durante una semana y media para disfrutar del desenlace del béisbol. La cadena ABC calcula que unos 120 millones de norteamericanos presenciarán cada noche una parte o la totalidad de las retransmisiones. Este año la serie tiene apodo: es la serie de la bahía, al disputarla dos equipos de San Francisco.

Los dos mejores equipos son los Oakland A's y los San Francisco Giants y es la primera vez en 33 años en que participan dos clubes de la misma zona metropolitana.Aunque sólo las separa un puente, Oakland y San Francisco son polos opuestos. Sus papeles han variado a través de la historia pero en las últimas décadas de este siglo, San Francisco se ha creído una Atenas bella y progresiva, mientras que Oakland ha luchado con un complejo de inferioridad a cuenta de su carácter industrial y obrero. Es una pugna tipo Madrid-Barcelona, que volvió a recalcarse recientemente cuando el alcalde de San Francisco, Art Agnos, rehusó hacer la apuesta tradicional con su homólogo del otro lado de la Bahía, Lionel Wilson, declarando: "No hay nada que quiera de Oackland".

Agnos matizó después que hablaba en broma, pero el insulto ha quedado como una declaración de guerra. "Nos tratan como el pariente pobre de la familia", dijo Dave Newhouse, comentarista del periódico Oakland Tribune, en declaraciones al diario Wall Street Journal para una crónica de primera plana sobre este mismo tema. "Nos comparan con Búffalo (Nueva York) y esto duele. Oakland odia San Francisco y San Francisco nos tratan con indiferencia. Si los Giants triunfan será un fracaso terrible para nosotros y otro complejo más que soportar".

La expectativa es inmensa. Oakland ganó fácilmente los play offs de la Liga Americana, derrotando a los Toronto Blue Jays cuatro partidos a uno, y San Francisco hizo lo propio en la Liga Nacional al eliminar a los Chicago Cubs en cinco encuentros. Oakland es finalista por segundo año seguido, pero quiere vengarse del bochorno del otoño pasado, cuando perdieron la Serie Mundial contra los Dodgers de Los Ángeles en el mínimo de cuatro partidos.

Esta es la primera vez que San Francisco le clasifica desde 1962 -no ganan desde 1954, cuando todavía estabanen Nueva York- pero vienen armados con un ataque potente y arrasador.

Oakland también tiene sus bateadores feroces, entre ellos Ricky Henderson, el jugador seleccionado como el más valioso de los play offs. Es capaz de sacar fuera la pelota y anotar una carrera robando las bases una por una. El hombre fuerte del equipo es el cubano José Canseco, de 1,95 metros y 100 kilos, un jugador controvertido y fenomenal. Es potente y veloz, dentro y fuera de la cancha. En los play offs contra Toronto colocó una pelota en las tribunas más altas del estadio, un batazo que se calculó en 145 metros de distancia.

Canseco, amante de los Porche y los Ferrari, suma cuatro multas por exceso de velocidad en lo que va de temporada y una denunca por llevar un revólver de nueve milímetros sin licencia. Está tan harto de dar explicaciones por su comportamiento que limita sus comentarios a la prensa y ha instalado un teléfono con declaraciones suyas grabadas a diario. Se marca el 900-234-JOSE y cada llamada cuesta al público dos dólares.

"Nadie sabe quién soy, al menos que sea parte de mi familia o un amigo", dijo. "Te apuesto a que todos los cronistas juntos no pueden pintar un retrato completo de mí. Con las grabaciones puedo hablar directamente con el público y ellos entonces pueden decidir qué piensan de mí".

Conflictos

Controversias aparte esta Serie Mundial pone fin a una temporada llena de discordias, desde la sanción de por vida al ex jugador Peter Rose y enlutada por la trágica muerte del comisionado A. Bartlett Giamotti, justamente cinco meses después de que sustituyera a Peter Ueberroth. El béisbol atrajo a más de 55 millones de espectadores, una cifra que se considera récord.Mientras tanto Oakland y San Francisco se disputarán el título de quien es mejor. Ello ha creado una polémica para muchos espectadores, que están comprando gorras con el anagrama de los Giants en un lado y de los A's en el otro. Se ha colgado una pelota de 11 metros de diámetro en el Bay Bridge, el puente que separa las dos ciudades, junto con 76 banderines, 38 de cada equipo. "Donde quiera que vas únicamente se habla de béísbol", dijo Debra Lambert, portavoz de la cadena de supermercados Safeway. "Les estamos informando a nuestros consumidores si oyen el partido mientras están haciendo las compras".

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