Empobrecimiento del lenguaje
Está claro que esta afirmación la vienen diciendo insignes académicos, pero la realidad va más lejos; hay un embrutecimiento del lenguaje. Lo que quiero denunciar desde aquí es que en las familias, en los colegios, en la calle, lo que se oye son tacos, cuando no blasfemias. Los niños es lo primero que aprenden, porque lo oyen a sus mayores.Vamos a recobrar el lenguaje perdido, y esto no tiene más solución que la de cortar, o reñir rápidamente, cuando se oiga algún desahogo. A ver si así, lentamente, recobramos el lenguaje de Cervantes o el de Pompeu Fabra.-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.