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El laborista Kinnock pide sacrificio para sacar al país del estancamiento

Neil Kinnock, el líder de los laboristas británicos, pidió ayer sacrificio y sudor al electorado como consecuencia del orden de prioridades que deberá adoptar un Gobierno de izquierda para sacar al país del estancamiento a que, según él, lo ha sometido una década larga de conservadurismo. Kinnock, en una intervención relajada y salpicada de golpes de humor, en la apertura del congreso del partido, que se celebra en la ciudad de Brighton, presentó como la alternativa que el Reino Unido necesita a una Margaret Thatcher que merece la derrota electoral.

El líder de la oposición británica encabeza un partido nunca tan unido como ahora tras el y ayer atribuyó el respeto que el laborismo ha recuperado ante los ojos de la población "a los cambios que hemos hecho". Sin embargo, la defensa y aireación, de tales innovaciones no constituyó el grueso de su discurso, que estuvo dedicado a arrojar luz sobre los errores del conservadurismo y a presentar la alternativa laborista como la única patriótica, "heredera de nuevo de un desastre conservador, sólo que esta vez más grande que en anteriores ocasiones".

Kinnock atribuyó a la política económica de Thatcher los desequilibrios económicos e injusticias sociales que requerirán el establecimiento, por parte de un eventual Gobierno laborista, de un estricto orden de prioridades, que deberá respetarse "porque si hacemos lo deseable no se hará lo necesario".

Los sondeos de opinión favorables al Partido Laborista le han sentado bien a Neil Kinnock, que desde la tribuna hizo alardes de la agudeza y sentido del humor que posee y raramente muestra en público. Pero aún le queda mucho para ganarse la confianza del electorado.

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