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PROBLEMAS A DEBATE

La ira de los ciudadanos

Los principales partidos políticos ofrecen una batería de recetas para reducir los índices de criminalidad

"Si la policía no puede acabar con los chorizos, lo haremos nosotros". Así de contundentes se expresan los vecinos que ocasionalmente se erigen en patrullas de autodefensa. "Es lamentable que uno vuelva del trabajo y tenga que convertirse en Rambo para defender a la familia", se quejaba el año pasado uno de los integrantes de los comandos organizados en Móstoles (Madrid).De momento, el último estallido de ira popular se ha producido en el pueblo madrileño de Vallecas, donde unos vecinos se enfrentaron a pedradas contra unos traficantes de droga asentados en un poblado chabolista.

Las víctimas de la delincuencia se resignan a ir a la comisaría a denunciar. Pero otras veces se cansan de aguantar impasibles el millón y medio de delitos que se producen anualmente en España. Y entonces surgen los intocables de la Malva-rosa, en Valencia, los encapuchados de la Cartuja granadina, o los vengadores de Sestao (Guipúzcoa).

La crispación popular salta cuando un crimen o un atraco conmueve los cimientos de una comunidad. Los vecinos del barrio madrileño de San Blas se manifestaron hace unos días en protesta por la muerte de un joven de 15 años a manos de un esquizofrénico. "Ha sido la gota que ha colmado el vaso de nuestra paciencia", dijeron.

La seguridad ciudadana es uno de los asuntos que más inquieta a la población, según demuestran las encuestas. Sin embargo, éste no va a ser uno de los temas estrella de los grandes partidos de cara a las próximas elecciones del día 29. Tal vez sea porque la cuestión es demasiado manida. 0 tal vez porque parece que las últimas estadísticas indican que la escalada de la criminalidad se ha frenado por primera vez en la última década.

Los partidos de la derecha siguen manteniendo que la delincuencia continúa en aumento de forma imparable por culpa de la mala gestión del PSOE. Por el contrario, el ministro del Interior, José Luis Corcuera, presentó meses atrás un estudio del que se deduce que los niveles de delincuencia disminuyeron por primera vez en los últimos 10 años.

La década de los ochenta

Los índices de criminalidad, que empezaron a dispararse a finales de los 70, generaron una amplia sensación de inseguridad entre los ciudadanos a mediados de la presente década. Desde un punto de vista policial, los factores que más influyeron en esta escalada delictiva fueron el aumento en el consumo de drogas y la llegada masiva de extranjeros ilegales. El Ministerio del Interior olvida otros factores de tipo social, económico y laboral que, según diversos estudios, son causantes de la delincuencia.

En ocasiones, los joyeros y otros comerciantes han pretendido armarse hasta los dientes. Pero Rafael Vera, secretario de Estado para la Seguridad, dio órdenes estrictas para que la Guardia Civil denegara todas las peticiones de licencias. "Si se dieran pistolas a quien no sabe manejarlas, esto podría ser peor que Chicago", asegura un comisario. Cuando desde el Gobierno socialista se afirma que "la seguridad ciudadana ha mejorado ostensiblemente", los líderes de los partidos conservadores replican que las estadísticas "no reflejan la realidad porque una sensible proporción de delitos no es ni siquiera denunciada"

Un veterano policía de los grupos antiatraco de Madrid dice que el número de asaltos a bancos y joyerías ha disminuido sensiblemente "porque los atracadores profesionales están entre rejas". Estos individuos, que durante años gozaron de libertad provisional, han ingresado en prisión desde que los tribunales han empezado a juzgarles y a aplicarles las condenas.

La seguridad ciudadana, según los socialistas, ha mejorado de forma evidente. Pero el Partido Popular asegura en su actual programa electoral que "la situación de deterioro se ha convertido ya en un lugar tan común como cierto desde que se inició la Administración socialista".

Ahora, ante los comicios del próximo 29, todos las formaciones políticas venden fórmulas mágicas para acabar con los atracos a viandantes, el incremento de la drogadicción, las violaciones y los homicidios.

El programa del PSOE señala: "Frente a la delincuencia, continuaremos con la adopción de medidas para la actualización y modernización de los medios personales y materiales de las Fuerzas de seguridad, incrementando sus plantillas y distribuyendo sus dotaciones según los índices de población, delincuencia y extensión territorial".

Para el Partido Popular, todo lo referido a la seguridad ciudadana sigue siendo una de las principales bazas de cara a su potencial clientela de votantes.

El PP postula mayor presencia de policías en la calle, reimplantación de los serenos, creación de un organismo centralizado para luchar contra las mafias, un plan específico de protección para los turistas extranjeros y algo tan insólito como 1a privación administrativa del pasaporte y el carnet de conducir a los consumidores de droga".

El partido de Manuel Fraga mantiene que la seguridad ciudadana soporta "un constante deterioro en la última década, que se corresponde justamente con los injustificables errores de un Gobierno que ha levantado la bandera de la permisividad" sobre el consumo de drogas.

Guardaespaldas

El Centro Democrático y Social atribuye el "fuerte incremento de la delincuencia" a la "gravísima extensión del paro", "el gran incremento de la drogadicción", "el error de planteamiento de las reformas legales y la insensibilidad social" del PSOE ante ciertos sectores sociales.

La receta del CDS para estos males consiste en "actuar sobre las causas de la delincuencia" y hacer que "el proceso penal y las instituciones penitenciarias cumplan su finalidad de recuperación del delincuente para la vida social". El partido de Adolfo Suárez cree que no se ha desarrollado la Ley de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad aprobada en 1986, lo que ha sido "el detonante de la caótica situación que se vive en la policía".

Izquierda Unida estima que la seguridad ciudadana pasa por un reforzamiento de los planes preventivos y asistenciales" y pide un endurecimiento de las penas contra los delitos económicos y más investigación contra las mafflas del narcotráfico. IU mantiene la exigencia de desmilitarización de la Guardia Civil y la supresión del fuero policial. También cree necesaria "la potenciación de las policías locales" y el reforzamiento de la figura del alcalde.

La escalada de robos con violencia registrada los últimos años fue un buen caldo de cultivo para el nacimiento de firmas de seguridad privada: En el año 1982 había 333 empresas, mientras que ahora hay 1.400 que mueven 140.000 millones de pesetas y cuentan con 70.000 trabajadores.

Los 160.000 hombres que integran actualmente el Cuerpo Nacional de Policía, la Guardia Civil y la Policía Municipal son insuficientes para proteger a tantos edificios y a tantas personas que se sienten amenazadas.

El Centro Democrático y Social pide en su programa electoral una ley que "refuerce los requisitos de solvencia y transparencia de las empresas de seguridad y los de formación y titulación de los vigilantes". El CDS y el PP postulan un mayor control de los guardaespaldas e IU piensa, además, que estos servicios deben ser autorizados "tan sólo con carácter excencional".

Suben los homicidios, bajan los atracos

El número de delitos denunciados por los ciudadanos aumentó desde 1.338.309 que se contabilizaron en 1987 hasta 1.423.617 que se registraron durante el año 1988, lo que significa un incremento del 6,37%, según consta en la última Memoria del fiscal general del Estado, Javier Moscoso, hecha pública el mes pasado.Las provincias de Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Málaga fueron el escenario de casi la mitad de los hechos criminales que se produjeron en toda España. Sin embargo, la inseguridad ciudadana disminuyó en 19 provincias, entre ellas en la de Madrid.

Los delitos contra las personas fueron los que experimentaron un crecimiento más notable. El año pasado hubo 1.281 homicidios y 86.762 lesiones de diversa gravedad, en tanto que el 1987 se registraron 884 homicidios y 68.093 delitos de lesiones.

Los ataques contra la propiedad siguen siendo cuantitativamente los más abultados. Pese a ello, en España se contabilizaron en 1988 cerca de 54.000 hechos menos que en el año anterior. En este capítulo destaca la "singular situación que representa Madrid, que en los delitos de robo con intimidación en las personas logró rebajar el índice de criminalidad en un 68,90%" en relación con 1987, según el fiscal el Estado.

La evolución de las cifras de robos con violencia o intimidación (sirlas) durante el último quinquenio ha sido la siguiente: 145.398 en 1984, 128.677 en 1985, 120.800 en 1986, 152.000 en 1987 y 104.668 en 1988.

El número de causas judiciales por delitos relativos al tráfico de drogas "sigue siendo alarmante", según reconoce Moscoso. Durante 1988 fueron detenidas por este motivo 27.911 personas, es decir, casi 2.500 más que el año anterior. El decomiso de cocaína aumentó en un 205%. Y, paralelamente, el número de muertos por intoxicación de droga "está aumentando preocupantemente": de 166 víctimas que hubo en 1987 se pasó a 250 en 1988.

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