Detenidos tres jóvenes que robaban a través de los cajeros automáticos de La Caixa
La policía detuvo el pasado martes en Barcelona a tres jóvenes, uno de ellos técnico en informática, que estafaron 3,2 millones de pesetas a La Caixa por medio de libretas de ahorro falsas y con números de cuentas inexistentes, que introducían en cajeros automáticos. Esta es la primera ocasión en España que se comete un fraude de este tipo.
Los detenidos, que carecían de antecedentes penales, son Francisco Rubia Rull, de 25 años, empleado en una empresa de seguridad y, mantenimiento de cajeros automáticos que prestaba sus servicios a La Caixa; Javier de Miguel Pérez, de 29 años, y José Sanchís Samper, de 32, quienes también trabajaban en firmas vinculadas a la fabricación de ordenadores.El sistema que utilizaron los detenidos fue el de crear libretas de ahorro, utilizando cartulinas y pegando en ellas una cinta de vídeo similar a las que disponen las auténticas.
Rubia Rull se dedicaba después a introducir la libreta en un ordenador, que había sustraido de la empresa en la que trabajaba, y que es capaz de grabar en la cinta los códigos secretos que habitualmente llevan insertadas las libretas en sus cintas magnéticas. La correlación de estas claves -número de cuenta, el saldo, etcétera- las descubrieron también a través del ordenador cuyo mecanismo puede leer los dígitos de las libretas reales.
Los detenidos, que estaban estafando a La Caixa desde el pasado mes de julio, cometían la operación fraudulenta aprovechando el momento en que la entidad bancaria desconectaba el ordenador central para introducir los datos nuevos de cada día. El horario no siempre era el mismo, aunque los tres jóvenes consiguieron descubrir el código para conocer la hora exacta en que se efectuaba la desconexión. Durante ese intervalo, normalmente entre 15 y 30 minutos, los jóvenes se dirigían a los cajeros automáticos, y extraían 50.000 pesetas de cada una de las libretas.
La Caixa denunció los robos el pasado mes de agosto después de que detectara que sus saldos no cuadraban, al existir un agujero de dinero cuyo origen se ignoraba. La policía decidió entonces instalar cámaras de vídeo en las oficinas más afectadas, situadas principalmente en la zona centro. Las grabaciones delataron que se trataba de las mismas personas, quienes en poco tiempo cometían la estafa.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.