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Europa aventaja a Estados Unidos por 5-3 tras la primera jornada de la Copa Ryder

Europa aventaja a EE UU por 5-3 al término de la primera jornada de la Copa Ryder, en The Belfry (Sutton Coldrield, Reino Unido), que se juega match play (por hoyos ganados, no por el número de golpes). En los partidos de foursomes (los goffistas de cada pareja juegan alternativamente con la misma pelota), el equipo norteamericano se adelantó por 3-1. Pero en los de fourballs (cada uno, con a suya y al mejor resultado), el dominio del europeo fue absoluto. Ballesteros y Olazábal empataron con Watson y Beck en foursomes y ganaron a Watson y Mark O'Meara por 6 y 5 (seis hoyos a favor a falta de cinco) en fourballs.

Al capitán estadounidense Raymond Floyd, la mañana le pareció "maravillosa" a pesar de que llovió a primera hora. Al europeo, el inglés Tony Jack1in le fascinó la tarde, en la que el viento se levantó para cambiar la dirección del encuentro. Ballesteros y Olazábal se despidieron con piropos recíprocos tras igualar la marca de los norteamericanos Lee Treviño y Jerry Pate, por un lado, y de José María Cañizares y el irlandés Des Smyth, por otro, quienes en 1981 también se deshicieron de sus adversarios en fourbal1s a cinco hoyos del final Olazábal llegó a exclamar: "Cuando Seve lleva su porsche, ni San Pedro puede pararle".El golf es un deporte en el que la lógica suele imponerse tan sólo a la larga, cuando se analiza la trayectoria general de sus practicantes. A la corta acostumbra a ser burlada. En cualquier caso, el match play marca mejor las diferencias entre unos y otros que el medal play (por golpes)-

Así que el hecho de que los ingleses Howard Clark (642 de la clasificación mundial) y Mark James (35) fuesen derrotados en foursomes por Lanny Wadkins (282) y Payne Stewart (72) por un hoyo, así como el de que lo fueran el norirlandés Ronan Rafferty (262) y el alemán occidental Bernhard Langer (182) por Mark Calcavecchia (52) y Ken Green (242) por 2 y 1, era previsible.

Con lo que, desde luego Jacklin no contaba era con que ni el galés lan Woosnam (62) y el inglés Nick Faldo (Y) ni Ballesteros (22) y Olazábal (9) pasaran del empate frente a Tom Kite (82) y Curtis Strange (4º, aquéllos, y Watson (22º) y Beek (10º), éstos. Es más, Faldo y Woosnam pudieron incluso perder. Habían cogido una renta de dos hoyos en los tres primeros y no sólo no supieron administrarla, sino que eran sus rivales quienes la poseían tras el 13. Dos birdies consecutivos, en el 14 y el 15, tranquilizaron algo a Faldo y Woosnam, pero, al cabo, el inglés tuvo que echarse una mano al corazón cuando en el último putt del galés, a menos de dos metros del agujero del 18, la bola hizo la corbata antes de caer dentro. El fallo habría significado la derrota.

"Ellos tuvieron mucha suerte", resumió Ballesteros para tratar de explicarse a sí mismo antes que a nadie cómo Olazábal y él pudieron ceder medio punto precioso ante Watson y Beck. Hasta el hoyo 10 todo, o casi todo, les salió bien. El cántabro tiene en el vasco al compañero ideal porque, no siendo ya una promesa, sino una realidad, puede marchar relajado junto a él, sin sufrir como otras veces la presión suplementaria de tener que aconsejar de continuo a su colega. En una palabra, se fía de él. Por eso, y al no sentirse en plenitud con el driver, incluso alternó las salidas de forma que fuese a Olazábal al que le correspondiera la del 10, un par 4 conocido precisamente como el hoyo de Ballesteros por haber sido él quien primero alcanzó su green, protegido por delante por el agua, de un tiro. El donostiarra también lo logró, si bien ahora está unos 23 metros más cerca del tee que antes.

La cuestión fue que encararon el 11 con tres de ventaja

La remontada

Olazábal y Ballesteros se resarcieron, eso sí, en los fourbalis. Su partido era el último, pero acabó el primero. Dos birdies del de Fuenterrabía y tres del de Pedreña, aderezados con un eagle no por casualidad en el 10, en el que se animó con el driver y después acertó con el putter desde unos seis metros, dejaron sin opción a Watson y Mark O'Meara (222).

Los otros dúos de Jacklin fueron más lentos, pero igual de seguros. Clark y James vencieron a Wadkins y Couples (152) por 3 y 2, mientras que los escoceses Brand Jr. (472) y Torrance (542) batieron a Strange y Azinger (132) por un hoyo y Woosnam y Faldo a Calcavecehia y McCumber (172) por 2 y 0.

Quizá Floyd lamentase su diplomacia al haber variado sus cuatro dobles en la sesión vespertina para que actuasen todos sus seleccionados. Visto lo visto, Cañizares (482) y el irlandés O'Connor Jr. (712) no le han pedido explicaciones por no alinearlos todavía.

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