Lisbeth Palme identifica en un careo al supuesto asesino de su esposo

Lisbeth Palme ratificó ayer ante el Tribunal de apelaciones de Estocolmo su afirmación de que Christer Pettersson era el hombre que se encontraba a pocos metros del lugar en que cayó asesinado su marido, Olof Palme, la noche del 28 de febrero de 1986. Hubo un instante de tensión en la sala cuando, con voz apagada pero sin vacilar, la testigo dijo: "No tengo ninguna duda". Frente a Lisbeth Palme, a escasos seis metros, Christer Pettersson escuchó apenas con una leve alteración de su rosto la reiteración del testimonio de mayor peso que existe en su contra. "El día en que la verdad se establezca, será un día de alivio", dijo, y pidió autorización para formularle una pregunta a la testigo. "¿Por qué habría yo de querer matar a tu marido, que era un amigo de los débiles y los oprimidos?". Lisbeth Palme no respondió.

El juicio de apelación comenzó la semana pasada con una recapitulación de lo actuado en el tribunal de primera instancia, integrado por seis jurados legos y dos jueces en el que Pettersson fue condenado a cadena perpetua como culpable de la muerte de Palme con la opinión contraria de los dos juristas. La sentencia fue criticada por considerarse, además de la ausencia de pruebas suficientes, que el testimonio de la viuda, tres años después, no tiene mayor validez.