Al fondo, a la derecha
La sesión bursátil se inició ayer en el mercado de valores madrileño de acuerdo con lo esperado. Realizaciones de beneficios, goteos a la baja en valores muy concretos y dinero expectante a la espera de ver la evolución de determinadas acciones tras las buenas nuevas económicas dadas a conocer el miércoles. Todo se torció. La altura cobrada por los valores eléctricos se consideró suficiente por los inversionistas y las realizaciones hicieron mella en el conjunto del sector. A partir de ese momento, los recortes se generalizaron en todos los grupos y un cierto nerviosismo comenzó a extenderse por el parqué. Sólo los sectores de la construcción y en menor medida el de la alimentación consiguieron mantener el tipo en medio de la intranquilidad general. El sector bancario, en la línea de jornadas pasadas contribuyó a asentar el desánimo generalizado en el parqué. Las realizaciones llegaron también a los valores del mercado continuo.El mercado se cuestionó de nuevo a sí mismo tras la consecución del segundo máximo histórico de la semana y probó su capacidad de aguante. El índice general retrocedió para situarse por debajo del máximo anual conseguido la pasada semana. Al retroceso, que en opinión de los analistas no cambia la firmeza que ha demostrado el mercado en las últimas jornadas, contribuyó también el día -hay quien no espera a la última sesión para recoger ganancias-; el retroceso experimentado por el mercado neloyorkino y un cierto retraimiento de la inversión extranjera. Al cierre, tono vendedor.
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