El congreso de los sindicatos británicos acabó con un inusual clima de hermandad
Los sindicatos británicos concluyeron su congreso anual en una atmósfera de hermandad franciscana y suave optimismo. Una algodonosa blandura ha roto la tradicional conflictividad de esta asamblea, como no hacían más que destacar los principales dirigentes del Trades Union Congress (TUC)."Ha sido una semana de consolidación", decía Bill Morris, quien se perfila como futuro líder del sindicato de Transportes, el más fuerte del TUC. "No hemos aprobado ninguna propuesta para intentar cambiar el mundo. Ha habido un aire de tranquila confianza", afirmó en otro momento Bill Morris.
Todos los líderes sindicales empleaban tonos parecidos al hacer balance de un congreso que sólo ha visto derrotada una ponencia oficial, y que por ello se obliga desde ahora a deshacerse de la energía nuclear en un plazo de 15 años.
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