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A la caza del profesor

Los británicos buscan personal docente por todo el mundo para poder comenzar el curso escolar

Una carrera de última hora, que a través del Caribe y pasando por las antípodas ha cruzado Alemania, Holanda y Dinamarca, ha permitido a los niños británicos contar con profesores a la hora de empezar el curso. Algunos cientos de colegiales todavía están a la espera de maestros que han de llegar de no se sabe dónde, pero por esta vez se ha salvado el grueso del apuro. El recurso a extranjeros y al cambio de destino de otros que realizan funciones administrativas apenas sirve para ocultar la crisis del profesorado en los estamentos básicos de la enseñanza británica.Las trompetas jeremíacas que anunciaban a finales de agosto que miles de niños británicos tendrían que volver a casa por falta de profesores al comienzo del curso no acertaron por poco. En Londres, el mayor de los focos afectados, sólo unos 300 niños se vieron sin maestros después del esfuerzo del Inner London Education Authority (ILEA, una especie de delegación de Educación para la capital británica) para contratar profesores por medio mundo. Más de un centenar de holandeses, daneses, irlandeses, germanos, barbadianos, australianos y neozelandeses han venido a cubrir a última hora los huecos dejados por unos profesores británicos desmoralizados, que abandonan la docencia o la profesión a puñados. "Es literalmente una diarrea", en gráficas palabras del director de uno de los colegios afectados.Algunos padres y directores de colegios rumiaban el martes su frustración por la incapacidad de los centros de acoger a los colegiales. Las zonas más desfavorecidas son, no por casualidad, las del este de Londres, aquejadas de todos los males que afectan a los pobres y a los inmigrantes.

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Una enseñanza de caricatura

"En Holanda sobran profesores, y a mí me apetecía enseñar en el extranjero", dice Menda Groeneveldt, de 21 años, mientras brega con sus alumnos bengalíes en Wapping, "para mí es una gran aventura". llona Lether, de 22 años, y recién titulada, trabaja en otra escuela de la zona, con una variada composición étnica. "Es muy buena experiencia la de trabajar con chavales de otras culturas", comenta en su primer día docente.

A los anuncios en la Prensa europea han respondido jóvenes sin trabajo, con pocas esperanzas de conseguirlo o con ganas de cambio y de perfeccionar el inglés. También el atractivo de unos salarios más altos que en su país de origen, en torno a los dos millones de pesetas anuales, ha animado a más de 60 holandeses a cruzar el canal. Se les exige gran fluidez en la lengua inglesa, y como confiesa otra recién llegada, "mi inglés va a mejorar, confío en que dejaré de pensar en holandés".

Frustrados

La recepción que han tenido en los colegios ha sido buena, aunque algunos profesores se sienten frustrados por el ligero tratamiento económico de favor que tienen los extranjeros, a quienes se les concede un plus de alojamiento, y alguno se pregunta qué calidad docente puede ofrecer un extranjero que no ha sido capaz de encontrar trabajo en su país. El Gobierno de Barbados ha enviado a 20 maestros para que adquieran experiencia.Un tercio de los profesores británicos de enseñanza básica quiere dejar la profesión, aunque sólo uno de cada 10 abandona las aulas por otras actividades en el campo docente, y apenas uno de cada 100 da el portazo definitivo a todo lo relacionado con la enseñanza. Alan Smithers, profesor de pedagogía en la universidad de Manchester y autor de un estudio sobre estas deserciones, está convencido de que si no lo dejan más profesores es porque no sirven para otra cosa. Las maestras ven en el tener sus propios niños una ocasión de oro para poner tierra de por medio. Salarios insuficientes y poca consideración social no son elementos disuasorios tan fuertes como las crecientes exigencias y la adaptación a los nuevos planes de estudio, de acuerdo con Smithers.

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