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25 tumbas fueron profanadas en El Escorial en el último 'ataque'

El cementerio municipal de El Escorial está siendo objeto de distintos actos vandálicos desde julio del pasado año, perpetrados por desconocidos. Según el encargado de la vigilancia del cementerio, Antonio Villalón, en el último ataque al cementerio, el día 25 de este mes, varios individuos destrozaron cerca de 25 tumbas. Unos 500 vecinos cortaron ayer durante dos horas la carretera que une Navacerrada y Navalcarnero e intentaron volcar el coche de la alcaldesa, Concepción Núñez (CDS), en protesta por estos actos.La alcaldesa tuvo que salir del coche y dirigirse andando hasta la casa consistorial, escoltada por dos guardias civiles. Durante el trayecto los vecinos abuchearon e insultaron a Concepción Nuñez, que mantuvo posteriormente una entrevista con representantes de los concentrados.

La alcaldesa anunció que el Ayuntamiento tomará medidas para paliar los daños y para que no se reproduzcan las profanaciones. Entre dichas medidas se encuentran la reparación de las tumbas una vez se conozca el valor de los daños, la contratación de una empresa privada de seguridad para vigilar la necrópolis y el aumento de la vigilancia por parte de la Policía Municipal y la Guardia Civil.

Para Núñez, el problema estriba fundamentalmente en el consumo y la venta de alcohol a menores, "que no es competencia municipal, sino del Gobierno central". Núñez, quien está dispuesta a aplicar en todo su rigor la normativa sobre el horario de cierre de los establecimientos hosteleros, añadió que todos estos actos vandálicos han sido denunciados en el cuartel de la Guardia Civil.

Faltan policías

La alcaldesa está dispuesta a incrementar el número de policías municipales, que, reconoció, era insuficiente. El número de agentes debería ser incrementado a 20, ya que, según Núñez, los 10 policías con que cuenta el Ayuntamiento no dan abasto en verano, cuando la población supera los 30.000 habitantes, mientras que en invierno ésta no llega a los 7.000.En las cuatro ocasiones en que el cementerio ha sido asaltado -tres de ellas durante este verano-, un total de 30 tumbas fueron profanadas. "Hace dos años", asegura el guarda del camposanto, "los lienzos de la capilla aparecieron manchados de semen y de excrementos". En el suelo se encontraron restos de porros y de botellas de cerveza. Además, añade, "los autores de este hecho rompieron la imagen de un Cristo que se encontraba en la capilla".

Estas declaraciones coinciden con las de uno de los afectados, José María del Águila Porras, que ha sufrido el destrozo de las dos tumbas en donde reposan los restos de su familia. Una de las lápidas, añade, apareció partida en trozos que no superaban los 30 centímetros.

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