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Sociedades y agencias de valores deben demostrar el 10 de septiembre que han cubierto coeficientes

Las sociedades y agencias de bolsa pasarán su primer examen ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores el próximo día 10, fecha en la que deberán entregar al organismo encargado del control del funcionamiento del mercado sus cómputos de coeficientes para el primer mes de funcionamiento de la nueva bolsa. Para esa fecha, los operadores deberán demostrar que tienen ajustados sus recursos al volumnen de riesgo que han asumido, y que mantienen la liquidez exigida en la ley. Los que en esa fecha no hayan cubierto esos requisitos tienen de plazo hasta el 15 de septiembre para presentar a la comisión planes individuales.

Las sociedades y agencias que no hayan podido cubrir los coeficientes exigidos podrán presentar ante la Comisión hasta el 15 de septiembre planes individuales que les permitan adpatarse a la nueva situación y que se negociarían posteriormente con la CNMV, que, en cualquier caso, tiene la potestad de rechazarlos.Los analistas del mercado estiman que, en general, no habrá habido incovenientes para que las sociedades y agencias hayan podido cumplir los requisitos. 'El coeficiente de solvencia exige garantías respecto del riesgo de fluctuación de la cotización de acciones, el riesgo de interés, riesgo de cambio, y riesgo de crédito y contraparte. El de liquidez especifica qué porcentaje de activos y de ciertos pasivos debe estar disponible.

Una fuente de la CNMV ha señalado al respecto que "para nosotros se trata fundamentalmente de supervisar la solvencia de las entidades que operan en el mercado y de que éstas se adapten a una normativa sobre la que no hay tradición". Diversas agencias y sociedades del mercado, por su parte, han manifestado la existencia de "una cierta incongruencia entre los plazos establecidos para la adaptación a los nuevos estados contables y la exigencia de dar a conocer a la Comisión el cálculo de coeficientes".

Según este argumento, la división de la aplicación de los complejos estados contables en dos fases -una al 30 de septiembre y otra al 31 de diciembre- dificulta aplicar con exactitud el coeficiente porque las sociedades y agencias no tienen todavía su contabilidad preparada. La CNMV ha aclarado al respecto que no existe contradicción alguna, y que desde el 29 de julio, fecha de entrada en vigor de la orden sobre coeficientes, las sociedades y agencias están obligadas a cumplir esos mecanismos de control. "Otra cosa", ha dicho un miembro de la Comisión, "es la aplicación de los estados contables, que no tienen que ver con los coeficientes. Para nosotros es esencial que sociedades y agencias sean solventes y comiencen con buen pie desde el primer día", añadió.

La actitud de los operadores sobre la nueva orden es dispar. Mientras unos protestan, otros afirman que no se trata sólo de ver si el mercado da de sí para todos, sino también si todos están en condiciones de hacer frente al mercado. Estos últimos consideran que la aplicación del coeficiente dividirá aguas y puntualizará quienes pueden estar holgadamente en el mercado sin necesidad de alterar sus hábitos operativos o retocar sus recursos propios. "En determinadas condiciones ajustarse a los coeficientes puede suponer reducir el volumen de operaciones. Para controlar una mayor cuota de mercado respetando las normas de solvencia, apalancar la inversión requiere incrementar el capital", mantiene uno de los operadores consultados.

Sorda batalla

En el mercado bursátil español se ha iniciado una sorda batalla por la clientela, esencialmente por la bancarización bursátil. La entrada de los principales bancos en sociedades y agencias ha llevado a que sus órdenes se canalicen sólo a través de sus participadas que se llevan el grueso de las operaciones. De esta forma se ha perdido el antiguo reparto del negocio bursátil que genera la clientela bancaria. Para arañar una mayor cuota de mercado algunas sociedades buscan socios y pactos con operadores extranjeros y pueden llegar a competir con sus colegas en comisiones, que llegan a aplicarse a la baja a cambio del volumen de operaciones que se les cede.La CNMV, precisamente para evitar una guerra comercial entre sociedades y agencias, fijó en el 0,25% la comisión por operación, norma que las entidades cumplen a rajatabla con la clientela de a pie. Pero otra cosa es cuando entran en juego los volúmenes altos que canalizan los grandes grupos financieros. "Asegurarse un flujo constante del orden de los 100.000 millones al año es diferente. Ahí es donde se presenta el problema, cuando los grandes clientes piden una rebaja de comisiones", comenta un operador.

En la Comisión existe un gran interés en evitar precisamente esa guerra. Y aunque nadie reconozca de viva voz la aplicación de comisiones preferenciales a los grandes clientes, puede darse que el cobro del 0,25% legal quede después compensado por la devolución de dinero a cambio de servicios u otras partidas de balance difíciles de detectar. "Esto no es bajar comisiones", afirma un operador; otro sonríe y le responde "no, es disfrazarlas".

Los plazos para presentar los coeficientes han desatado en los operadores de las entidades del mercado dos preocupaciones centrales. De un lado, la de cómo asegurarse una cuota de mercado estable. De otro, la perspectiva de entrar en el mercado asumiendo riesgo propio, lo que les obligaría a un fuerte incremento de recursos.

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