Ningún hombre es una isla

El problema mundial de los refugiados ha alcanzado un nivel por el que merece ser tratado como una crisis en toda la extensión de la palabra.Actualmente se estima que hay unos 14 millones de refugiados en el mundo, y seguramente unos cuantos millones más que han sido conducidos fuera de su tierra natal y que se encuentran refugiados en otros lugares de su propio país.

La mejor solución para la mayoría de los problemas de los refugiados es que éstos puedan regresar voluntariamente y sin peligro a sus casas. De manera realista, sin embargo, es improbable que el número de refugiados vaya a disminuir en los próximos 10 o 20 años; incluso es probable que. aumente.

En definitiva, la mayoría desearía llevar una vida más provechosa en nuevos hogares antes que criar a sus hijos en los campos que habitan. En la mayoría de los casos sería deseable que se estableciesen cerca de sus países de, origen, con similares condiciones climatológicas y, a ser posible, entre gente con una forma de vida, religión y lengua no demasiado diferentes de las suyas.

A medida que crece el número de refugiados de Europa oriental, aparece una postura más restrictiva en sus Gobiernos respectivos. En este proceso se olvida con frecuencia el principio fundamental de los derechos humanos: que las personas son inocentes hasta que se demuestre su culpabilidad.

, 29 de agosto