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Incinerados 16 millones de fichas policiales en Grecia

El Gobierno conservador griego, sostenido por los comunistas, festejó ayer solemnemente la reconciliación nacional, con ocasión del 40º aniversario del final de la guerra civil (1946-1949), quemando unos 16,5 millones de informes de la policía sobre las "convicciones políticas" de militantes y simpatizantes de la izquierda.

Cerca de la mitad de los informes, incoados principalmente desde la época de la guerra civil hasta el fin de la dictadura de los coroneles (1967-1974), fue incinerada en presencia de los periodistas en el horno de una fundición de la zona industrial de Eleusis, al oeste de Atenas, mientras un centenar de antiguos miembros de la resistencia se manifestaban para que no fuese destruida la "memoria del pueblo".Varios millones de otros expedientes fueron quemados en las otras 51 prefecturas griegas, de ellos seis millones en la región norte del país, y de éstos 1,8 millones en la ciudad de Salónica, la más poblada tras Atenas. Unos 10.000 documentos relacionados con el monte Athos, la comunidad religiosa de 1.200 miembros que viven de manera autónoma, también han sido quemados.

Este simbólico auto de fe, que tenía como objetivo sellar la alianza de dos viejos adversarios, los conservadores y los comunistas, hoy unidos contra los socialistas, no ha sido del gusto de todos. Una auténtica ola de protestas ha surgido entre socialistas, historiadores, universitarios e investigadores.

Las reacciones fueron tan enérgicas que, hasta el último momento, no hubo seguridad de que la operación fuera a efectuarse. El principal argumento mantenido por el conocido historiador Filipo Eilu, hijo del gran líder de la izquierda de la posguerra Elías Eilou, es que los informes contienen documentos históricos inestimables. "Es un crimen quemarlos. Ningún país lo había hecho antes", indicó.

Markos Vafiadis, uno de los principales protagonistas de la guerra civil, comandante en jefe del ejército democrático hasta el año 1948, se ha opuesto igualmente a la quema de estos importantes documentos, por considerar que "no se puede destruir el pasado histórico de un pueblo".

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