Por un puñado de dólares.
El presidente de Estados Unidos, George Bush, se tira al agua con pantalones en aguas cercanas a Kennebunkport (Estado de Maine), donde pasa sus vacaciones, para ganar una apuesta con sus nietas gemelas, Jenna y Bárbara, de siete años, a las que reclamó los 11 dólares que estaban en juego. Seguidamente, dijo a los periodistas presentes: "No pueden contarlo si no aportan algo al bote". Un fotógrafo ofreció 20 dólares si el presidente repetía la operación, pero no hubo bis, tal vez porque el agua estaba muy fría.
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