El director de un psiquiátrico dio el alta en mayo al autor de dos muertes en Bembibre
Amador Armando Alvarez García, el joven que el jueves mató a cuchilladas a un anciano y a un policía municipal de la localidad leonesa de Bembibre, había salido en mayo de un centro psiquiátrico, después de que su director considerase que ya estaba curado y no entrañaba ningún peligro social, según manifestó ayer Manuel Alvarez, el padre del homicida. El Ayuntamiento de Bembibre tiene previsto solicitar al gobernador civil de León que se aumente la dotación policial con que actualmente cuenta el pueblo, integrada por nueve guardias civiles.
El alcalde de la localidad, José Eloy García Iglesias, asegura que "Bembibre no es una ciudad sin ley", aunque reconoce que en la zona hay un alto nivel de drogadicción y alcoholismo.La mayoría de los establecimientos comerciales cerraron ayer sus puertas en señal de dolor y repulsa por la muerte del policía municipal Valmiro García García y del anciano Manuel de Anta Álvarez, de 80 años.
Las dos víctimas mortales fueron enterradas en la tarde de ayer: los restos del policía municipal fueron inhumados en Bembibre y los de Manuel de Anta en la también localidad leonesa de Albares de la Ribera, de donde era natural.
Los dos hombres fueron acuchiflados por Amador Armando Álvarez García, un joven que empezó a sufrir ataques de esquizofrenia después de terminar su servicio militar, según aseguran sus padres. El agresor también apuñaló en el centro del pueblo a otras tres personas, una de las cuales se halla muy grave.
Amador Álvarez García, que trabajó como minero y jefe de camareros del hotel Las Anclas, de Guadalajara, había comprado un machete en la ferretería Hermanos Castellanos. "Dio un billete de 5.000 pesetas y ni siquiera esperó a que le devolviéramos el cambio", recuerda la dueña del establecimiento.
Nada más comprar el arma, Amador salió a la calle General Queipo de Llano y la emprendió a cuchilladas con Adelina Sereno González, de 18 años, estudiante de mecanografia, que en ese momento se dirigía a trabajar como asistenta en una casa particular. A continuación atacó a Isidoro
Martínez Castellano, de 70 años, y a Manuel Fernández Díez, de 54, que apenas tuvieron tiempo para reaccionar. El policía municipal Valmiro García escuchó los gritos y vio desde la puerta del Ayuntamiento lo que estaba ocu rriendo. Salió corriendo para de tener al homicida y éste le asestó varias cuchilladas en el pecho y en el vientre. El agente logró desenfundar su pistola y efectuó cuatro disparos, dos de los cuales alcanzaron a Amador Álvarez en una pierna y en el estómago. Miembros de la Guardia Civil consiguieron reducir a Álvarez que ayer seguía ingresado en la UVI del hospital Camino de Santiago, en Ponferrada.
La asociación de vecinos Río Boeza, de Bembibre, difundió ayer un comunicado en el que asegura que este grave incidente es "sólo un episodio más de la in seguridad que padecemos" y exige "mayor protección para el honrado ciudadano". La citada asociación pide que se conceda una mayor libertad de acción para los Cuerpos de Seguridad del Estado, lo que les permitirá un mejor cumplimiento de su deber, en beneficio de todos".
El Ayuntamiento, presidido por el centrista José Eloy García Iglesias, declaró el día de ayer jornada de luto en todo el municipio y "recomendó" a todos los comerciantes e industriales el cierre de sus establecimientos para manifestar así su repulsa por lo ocurrido el jueves.
Crispación y nerviosismo
Ayer había en Bembibre un evidente clima de crispación y nerviosismo entre los ciudadanos, tal como reconoció el presidente de la corporación municipal. Los vecinos se quejan de que durante la noche sólo haya un coche pa trulla de la Policía Municipal encargado de velar por la tranquilidad de los 15.000 habitantes. Los propios agentes municipales reconocieron a EL PAíS que ellos no se encuentran preparados para hacerse cargo de la seguridad ciudadana, añadiendo que apenas hacen prácticas de tiro una vez al año.La gente de esta zona de El Bierzo recuerda que hace cuatro meses se produjo en este pueblo otro hecho sangriento: uno de los muchos portugueses que trabajan en la minería asesinó a su mujer y al hombre con el que presuntamente mantenía relaciones amorosas, y a continuación se suicidó disparándose un tiro en la boca. Los vecinos tampoco han olvidado que en el mes de enero se registró un atraco con rehenes en un banco, incidente que terminó sin víctimas gracias a que los delincuentes fueron capturados cuando huían por el monte.
Manuel y Gloria, los padres del joven Amador Álvarez García, declararon a este periódico que su hijo es un enfermo que padece brotes esquizofrénicos y niegan que estuviera el jueves bajo el síndrome de abstinencia, ya que el muchacho no es drogadicto.
El pasado 6 de abril Amador apuñaló a una hermana suya cuando ésta quiso convencerle de que siguiera recibiendo tratamiento en un centro del Proyecto Hombre, un establecimiento de León dedicado a la rehabilitación de toxicómanos. En un ataque de ira, el joven apuñaló a su hermana y después a un policía que acudió a reducirle. A consecuencia de este incidente, Amador fue internado por orden judicial en la clínica psiquiátrica de Santa Isabel, de donde salió el pasado mes de mayo, cuando el director del establecimiento consideró que el paciente estaba curado.
Manuel Álvarez, un vigilante de minas actualmente jubilado, recuerda ahora que él mismo se opuso a que su hijo Amador quedara en libertad. "Pero el doctor Clérigo", añade, "se enfadó mucho y me dijo que él era el médico y él sabía lo que tenía que hacer". El padre del homicida dice que éste no es agresivo, "aunque a veces da malas contestaciones y habla con malos modos".
El agresor, según explica su familia, tomaba pastillas y se drogaba cuando estuvo haciendo la mil¡ en Alicante". Sin embargo, parece que actualmente se había desenganchado.
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