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"Me voy"

El ministro de Exteriores más viajero dice que no se ha aburrido después de pasar de la frenética actividad de la presidencia española de la Comunidad Europea al reposo obligado a causa de su operación. Ha hablado con el presidente del Gobierno y ya le ha comunicado que quiere irse. El ministro rectifica: no es que quiera irse, es que se va, abandona "la política activa". Apareció en su encuentro con los periodistas, un poco más delgado y con buen aspecto. Vestía camisa rosa, sin corbata.

No va a ir como todos los años a Santa Pola (Alicante) porque estas vacaciones significan "bicicleta, tenis y salir con el barco de los amigos" y todavía está molesto. Sin embargo, el ministro piensa realizar una visita privada a su colega británico, John Major, que pasará sus vacaciones en España. Respecto a las relaciones hispano-británicas y Gibraltar, Ordóñez manifestó que ya se había dado un paso histórico con el acuerdo para la utilización conjunta del aeropuerto del Peñón.

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Fernández Ordóñez viajará a Santiago durante la visita del Papa si sus médicos y su salud se lo permiten. De momento, está preparando, para septiempre, su viaje a Nueva York para participar en la Asamblea General de Naciones Unidas. Allí se reunirá con su homólogo soviético Edvard Shevernadze, con el secretario del Tesoro americano, James Baker, y con los cancilleres iberoamericanos. El ministro explicó que la política exterior española de los próximos años tiene su horizonte en 1992. "A partir de ahora vamos a intensificar la política que hemos llevado a cabo con los países centroamericanos para que ese año sea el de la comunidad iberoamericana" y respecto a Europa añadió que España va a llevar "una política coherente respecto a los socios de la CE".

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