EE UU vende programas televisivos a Europa por valor de 1.000 millones de dólares
La proliferación de emisoras de televisión en Europa occidental ha producido un enorme aumento de ventas de programas norteamericanos en el continente. Según un informe de Times News Service, "el tiempo de emisiones europeas, desde Sevilla hasta Estocolmo, se ha duplicado en los últimos seis años y en 1989 las televisiones europeas pagarán a Hollywood 1.000 millones de dólares [unos 120.000 millones de pesetas] por derechos de emisión". Esta cifra podría duplicarse en 1995, a tenor del crecimiento de emisoras europeas. El Gobierno norteamericano presiona para que la CE no adopte medidas protectoras con cuotas de producción propia.
La tormenta creada en la industria audiovisual norteamericana por la pretensión de algunos países de la CE de establecer cuotas obligatorias de producción propia en sus emisoras de televisión sigue enconándose. El debate fue desencadenado por la propia Casa Blanca, en una carta de Carla A. Hills alta funcionaria del Gabinete Ejecutivo del presidente Bush, enviada el 16 de mayo a Lord Plumb, entonces presidente del Parlamento Europeo. Hills afirma que "su Gobierno está seriamente preocupado" por el establecimiento de cuotas en las televisiones de la CE. Para Hills, "la implantación de esta medida es injustificable y tendría un resultado desastroso en la industria norteamericana". Y añade: "Los beneficios derivados de esta medida son pocos si se tiene en cuenta su impacto extremadamente negativo sobre nuestras relaciones comerciales bilaterales".
La crudeza (en Bruselas se interpreta esta carta como una amenaza) de Hills ha sido refrendada por toda la industria de Hollywood en sus divisiones televisivas, que rechazan el sistema de cuotas. El órgano gremial de Hollywood, Variety, ha dedicado numerosos reportajes a esta cuestión, sin ocultar que una puesta en marcha del sistema de cuotas supondría para Hollywood una grave crisis de producción.
Un mercado sediento
"La expansión de los programas norteamericanos en Europa en los últimos dos o tres años ha sido sorprendente", dijo a Times News Service Malcolm Vaughan, vicepresidente para Europa de la TwentiethCentury-Fox Television. "Europa es un mercado sediento. Las emisoras europeas tiene un apetito insaciable, y ¿quiénes producen mas programas que los norteamericanos?" El fondo de la cuestión radica en que, al buscar la CE una manera de uniformizar las leyes de emisión de sus respectivos países en 1992, sus doce miembros debaten una propuesta que prohibiría a sus canales dedicar más del 50 % de su programación a productos televisivos no europeos. Esta política de cuotas ha generado una fuerte polémica en Europa, sobre todo en Francia, donde actores, directores y guionistas respaldan las medidas restrictivas, para así estimular la producción europea. Por el contrario, los ejecutivos de las emisoras rechazan las limitaciones a la importación de programas y, a jucio de Times, prefieren seguir comprando en Hollywood. Algunos directivos prefieren seguir siendo clientes de Hollywood "porque sus programas están mejor producidos y son más baratos que los europeos. Los programas norteamericanos tiene buen ritmo, buenos decorados, buenos actores, y los productores europeos están tratando de imitarlos", afirmó recientemente Carlo Freccero, director de programas de la cadena Ciriq parisiense.
La cuestión se agrava ante las perspectivas de creación de 100 nuevos canales europeos antes de 1995. Por un lado, esta proliferación multiplicaría (sin cuotas) las ventas hollywoodenses a Europa; y por otro plantearía (con cuotas) la cuestión de la suficiencia o insuficiencia de producción europea para llenar los tiempos de emisión. La industria de Hollywood, a través de Variety, considera que el aparato de producción europeo es incapaz de abastecer la creciente demanda de programas televisivos.
"Los norteamericanos siempre miraron el mercado internacional como la guinda del pastel, algo a lo que se dedicaban después de haber recuperado los costos de producción en sus cadenas nacionales", afirma Bill Grantham, asesor del festival de Cannes en materia televisiva. "Pero ahora", añade, no cubren gastos en el mercado nacional y el internacional les es imprescindible para superar su déficit".
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