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Parlato: "Italia va hacia atrás con Andreotti"

El director de 'Il Manifesto' asegura que su país ha perdido el tren de Europa

Juan Arias

"Italia ha perdido con el nuevo Gobierno de Andreotti la gran ocasión de presentarse con un verdadero protagonismo político a la cita europea de l992", declara a EL PAÍS Valentino Parlato, director de Il Manifesto, agudo analista del proceso histórico italiano. Los lectores de II Manifesto, un diario de elite que ha superado los 40.000 ejemplares, está compuesto por un público entre los 24 y los 35 años, cuyo perfil es el de un lector culto, que viaja mucho al extranjero, le gusta la música moderna, lee mucho y políticamente está cada vez más cercano a los verdes.

Pregunta. ¿Por qué piensa que se ha perdido el tren de Europa? Respuesta. Porque hemos dado marcha atrás. Existe una palabra despectiva que usamos los italianos -italiota- para definir al italiano mezquino y pasota. Pues bien, éste es el Gobierno más italiota que haya tenido Italia, es decir, el menos abierto a los grandes designios. Europa, por ejemplo, es un gran proyecto, una gran estrategia, un gran recipiente de ideal y de cultura. A Europa la encuentro en el Prado, en el Louvre y en el Hermitage. Sin embargo, este Gobierno está sólo concentrado sobre Italia. Y ni siquiera en clave nacionalista, sino en clave corporativa regional, en la preocupación por salvaguardar sólo los intereses existentes.

P. Sin embargo, al primer ministro Andreotti, a pesar de ser considerado políticamente un cínico, se le ve al mismo tiempo como uno de los personajes más importantes de este país.

R. Andreotti es un hombre de indudable inteligencia que odia la estrategia. Por tanto, su Gobierno es el menos apto para conducir a Italia hacia la Europa del futuro.

P. ¿Pero es que han habido Gobiernos mejores?

R. Esta vez es más grave, porque el sexto Gobierno de Andreotti ha nacido sobre la crisis de la fórmula, de la alianza. Para hacer una empresa hace falta una alianza fuerte. Ahora bien, el pentapartido es una fórmula que los mismos socialistas habían considerado muerta. Por tanto, tenemos una alianza muerta y unos partidos de coalición que nunca como hoy han estado en una situación de crisis tan profunda. Toda la izquierda de la Democracia Cristiana (DC), que representa el 34% del partido que está en crisis, en vez de reaccionar ha amontonado los escombros. Lo mismo, los socialistas, que viven aún bajo el efecto de la derrota electoral europea y en donde una parte ha empezado a revelar públicamente su desazón. Por su parte, los llamados partidos laicos o menores -republicanos y liberales- están reducidos a la nada. Por tanto, nos hallamos con un Gobierno que nace en lo profundo de una crisis institucional, porque la República Italiana se basa en los partidos, cosa que no debemos olvidar nunca, y en vez de haber buscado en una crisis tan profunda un nuevo camino, aceptando el riesgo, se ha preferido amontonar los escombros para defender sólo el pasado. Sin embargo, la Italia de la economía privada, de la pequeña industria, del pequeño comercio, de los Agnelli y de los De Benedetti seguirá, por ahora, funcionando.

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P. ¿Por qué?

R. Porque este Gobierno, exponente de la crisis de la política, comporta una entrega de poderes al sector privado, que puede hacer lo que quiere. Por ejemplo, ahora Fiat ha comprado Galvani. ¿Quién es el dueño de la Galvani? No lo sabe nadie, porque son tres sociedades luxemburguesas. Se lanzará un puente de plata al sector privado, que empezará a comprar los bancos. Carli, que es el nuevo ministro del Tesoro, es un ex dependiente de Fiat, tras haber sido gobernador de la banca de Italia. De hecho, al día siguiente de la formación del nuevo Gobierno, el diario Il Coffiere della Sera, propiedad de Fiat, proclamaba el triunfo, porque el nuevo ministro de Obras Públicas había anunciado ya que se va a abolir el límite de velocidad y los cinturones de seguridad en la ciudad.

P. Entonces, ¿cuáles son los peligros?

R. El peligro está en el sector privado -que en Italia es sabio, vivo, inteligente y puede aún avanzar, sobre todo dejándole fuera de todo control-, en un momento que se va hacia dimensiones europeas y es indispensable una estrategia política. Este Gobierno es la negación de la política, una realidad que Andreotti ni siquiera citó en su discurso programático. De ahí el que pueda preverse un enfrentamiento duro, no en el campo social, sino entre los diversos grupos de poder económico y financiero.

Un Gobierno peligroso

P. ¿Por qué los socialistas han querido pagar este precio? R. Porque Craxi y Forlani creen que el último resultado electoral de las europeas, que favoreció más a los comunistas que a ellos, fue un resultado drogado y que ahora la tendencia cambiará. Han hecho un Gobierno pensando en la desaparición futura del partido comunista. Y tal Gobierno es peligroso para el país.

P. En esta perspectiva ¿qué papel tiene un diario como el que usted diríje?

R. El fenómeno de Il Manifesto, que, en su pequeñez, ha incrementadon 25% su tirada, revela que la izquierda italiana, a pesar de su crisis, no es retrógrada ni conservadora y que quiere seguir luchando para que algunos valores esenciales no se pierdan definitivamente. Nosotros, con las debidas distancias, estamos viviendo un fenómeno paralelo, aunque a la vez opuesto, a lo que fue La Repubblica, la cual dio su gran saltotras recoger a los lectores comunistas cuando el PCI triunfaba. Nosotros empezamos a recoger los lectores comunistas cuando el PCI empezó a entrar en crisis.

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