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El legado del 'Apolo 11'

La Administración de Bush está envuelta en una dura controversia sobre la formulación de un ambicioso proyecto espacial coincidiendo con el vigésimo anivesario de la llegada a la Luna de la primera misión humana, el 20 de julio de 1969. La misión del Apolo 11 fue un éxito de Estados Unidos. Un triunfo 100% de barras y estrellas, el tipo de cosa que permanecerá para siempre como símbolo de lo que EE UU es capaz si toda su fuerza colectiva se embarca en una tarea claramente definida.La mecha de ese éxito la encendió el presidente John F. Kennedy el 25 de mayo de 1961, con un discurso en el Congreso que sigue siendo el compromiso tecnológico más enérgico dado hasta ahora en el mundo. Es triste comprobar que el estilo de Kennedy ha sido abandonado por los posteriores presidentes.

El vicepresidente, Quayle, está tratando de romper moldes al respecto, y en semanas pasadas ha encabezado un intento de que el presidente Bush realice una declaración del estilo de la de Kennedy. Su iniciativa se ha perdido en un mar de cinismo burocrático. Sin embargo, el camino del espacio es esencial para EE UU con vistas al siglo próximo. Las restricciones en el gasto defensivo de EE UU terminarán afectando a toda la industria aeroespacial. Un programa espacial ambicioso puede ser la solución para que no decaiga su vigor. Este debe ser el legado del éxito del Apolo 11.

19 de julio

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