España perdona a México cerca de la mitad de su deuda

México obtuvo ayer una sustancial reducción de su deuda pública contraída con sus acreedores privados en España, según anunciaron los ministros de Asuntos Exteriores de ambos países al concluir la primera visita a Madrid del presidente mexicano, Carlos Salinas de Gortari. Al término de una estancia de tan sólo 22 horas, el jefe del Estado mexicano despegó ayer del aeropuerto de Barajas rumbo a su país.

La firma por Salinas de Gortari y su anfitrión español, Felipe González, de una carta de intenciones en materia de cooperación financiera, que implica una disminución del capital de la deuda mexicana, fue anunciada por el jefe de la diplomacia española, Francisco Fernández Ordóñez, porque el presidente mexicano se mostró reacio a encontrarse con la Prensa en los jardines del palacio de la Moncloa."Para no interferir ni crear problemas" con la negociación en curso para convertir a México en el primer beneficiario del plan del secretario del Tesoro norteamericano, N. Brady, para reducir la deuda de países con rentas intermedias, Fernández Ordoñez, rehusó dar detalles sobre la cuantía de la rebaja, limitándose a señalar que "se acercaba mucho al objetivo mexicano".

"La rebaja se sitúa", precisó después el ministro, "por encima de los techos internacionales y para México tiene un indudable valor de ejemplo", y así lo interpretó su homólogo mexicano, Fernando Solana, que agradeció la iniciativa de González. "El Gobierno español", recalcó, ,les el que ha ido más lejos en apoyo a la solución del problema de la deuda".

Otras fuentes señalaron, sin embargo, que la reducción del capital de la deuda contraída con acredores privados se elevará a cerca de la mitad de los 950 millones de dólares (111.000 millones de pesetas) que México debe a España, una cantidad que representa tan sólo, aproximadamente, un 1% del total de la deuda mexicana.

El resto de la deuda mexicana y algunos préstamos de dinero fresco serán canjeados por la banca privada española por bonos emitidos por el Estado mexicano que contarán, sin embargo, con la garantía del Estado español, según precisaron las mismas fuentes, que pidieron permanecer en el anonimato.

En las actuales conversaciones para aplicar a México el Plan Brady los negociadores mexicanos habían pedido una reducción del 50% del capital de su deuda con la banca privada internacional, pero sólo parecen poder obtener un 35% y la rebaja concedida por España refuerza en cierta medida su posición negociadora.

El objetivo del presidente Salinas es conseguir que los pagos de la deuda exterior del país azteca no rebasen el 2% de su Producto Nacional Bruto (PNB) en lugar del 6% actualmente. El pago de la deuda interna mexicana, alcanza, sin embargo, al 13% o 14% del PNB.

Tratado de cooperación

Tal y como estaba previsto, González y su huesped suscribieron ayer una declaración comprometiéndose a concluir un amplio tratado general de amistad y cooperación que será firmado entre el 3 y el 5 de diciembre cuando los Reyes de España efectúen su segunda visita de Estado a México.El capítulo económico del acuerdo prevé la puesta en marcha de un ambicioso programa de desarrollo en México en el período 1989-1993 de unos 468.000 millones de pesetas, de los que 292.500 millones serán aportados por inversiones directas del sector privado español y 175.500 millones corresponderán a créditos públicos españoles, en parte concesionales.

Las iniciativas de la diplomacia española con México, que en términos absolutos son más generosas que con Argentina, incitaron al canciller Solana a afirmar que la visita de Salinas de Gortari fue "breve pero muy útil ( ... ) porque sienta nuevas bases para unas relaciones aún mejores, si es que es Posible".

Salinas, al que sus compatriotas llaman cariñosamente la hormiga atómica, empezó su jornada con un desayuno con empresarios mexicanos, y españoles, entre los que figuraban José María Cuevas, Alfonso Escámez, Óscar Fanjul, Adrián Piera y Jesús de Polanco.

Su estancia en Madrid concluyó con un paseo, a primera hora de la tarde, por los alrededores de la Plaza Mayor, donde, bajo un sol de plomo, se entretuvo a saludar a algunos turistas mexicanos con los que se encontró ante las cámaras de Televisa, el principal canal de televisión de su país.