Felipe González está decidido a acabar la legislatura, tras consultar a los ministros

El presidente del Gobierno, Felipe González, ha pedido en los últimos días la opinión de los miembros de su Gabinete sobre la fecha más conveniente para convocar elecciones legislativas, siendo el criterio mayoritario, y el suyo propio, que la legislatura debe agotarse, de manera que los comicios se celebren en la primavera de 1990.

No obstante, existen dudas sobre si convocar las legislativas en abril o hacerlas coincidir con las elecciones al Parlamento andaluz, que deben celebrarse preceptivamente en el mes de Junio. Los ministros de Economía y Hacienda y de Industria, Carlos Solchaga y Claudio Aranzadi, respectivamente, y algunos dirigentes del PSOE son los únicos que mantienen su criterio de convocar las elecciones en el próximo otoño.En medios gubernamentales se asegura que el Consejo de Ministros no ha tratado oficialmente la convocatoria de elecciones legislativas, aunque éste ha sido un debate de los últimos días de los ministros entre sí y a su vez del presidente del Gobierno, Felipe González, con los miembros de su Gabinete de forma individual.

Carlos Solchaga y Claudio Aranzadi no han dudado en manifestar al presidente su opinión de que las elecciones legislativas debieran celebrarse en otoño. Solchaga había apuntado incluso la solución de prorrogar los Presupuestos Generales del Estado de este año para paliar ese aparente problema. Colaboradores de Solchaga y Aranzadi aseguran que la opinión de estos ministros es la de que ningún Gobierno de Europa occidental hubiera resistido la tentación de convocar elecciones generales a la vista de los resultados obtenidos el pasado 15 de junio.

"Cualquier Gobierno europeo hubiera disuelto al tener la garantía casi absoluta de que podría gobernar cuatro años más con una mayoría holgada", explicaron estos interlocutores. En este análisis se valora que si en las elecciones europeas no se ha sentido el efecto de la huelga del 14 de diciembre ni tampoco los mensajes negativos de UGT, mucha menos mella tendrían estas circunstancias dentro de tres o cuatro meses.

En relación con UGT y después del resultado del PSOE en las elecciones europeas, el Gobierno ha redoblado su consigna, también extendida en el PSOE, de evitar toda crítica hacia el sindicato. No obstante, el escepticismo es absoluto al requerir información en el Gobierno y en el PSOE sobre si está previsto algún tipo de acercamiento hacia el sindicato que dirige Nicolás Redondo. La única respuesta es la de que dos no pueden dialogar si uno no quiere. Por el contrario, el ministro de Trabajo, Manuel Chaves, es un ferviente partidario de agotar la legislatura precisamente porque mantiene la esperanza de que se abra alguna vía en los próximos meses que conduzca a la concertación social.

El enfrentamiento con UGT casi ha desaparecido, por tanto, entre los elementos de análisis con vistas electorales, mientras que se mantiene con fuerza comaspecto a tener en cuenta la si tuación de los partidos de la oposición.

Idea de 'estabilidad'

En el Gobierno se considera que los partidos de centro y derecha no remontarían el descenso registrado el 15 de junio, y en el caso del Partido Popular.

Tanto el ministro de Trabajo como el de Relaciones con las Cortes y el de Administraciones Públicas abogan por esta estabilidad institucional y no creen que se contribuiría a ella si se celebran elecciones anticipadas.

En este contexto se califica la actual legislatura de "complicada", cuando no "desastrosa", por los trasvases habidos entre grupos políticos, la ausencia de interlocutores válidos en algunos momentos y la no presencia de los principales líderes políticos en la escena parlamentaria, ya que Julio Anguita y Manuel Fraga no son miembros del Parlamento, y Adolfo Suárez no acude por el Congreso de los Diputados, como gusta decir el Gobierno.