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El Ayuntamiento ha incumplido reiteradamente sus propios planes para combatir la contaminación

Al menos en tres ocasiones (1982, 1985 y 1989) se ha aprobado la incorporación de gases licuados -combustible limpio- en la Empresa Municipal de Transportes. Pero los autobuses siguen esperando. Algo parecido ha pasado con las subvenciones para enterrar las calderas de carbón, paralizadas durante varios años. O con los planes para sacar las industrias del casco urbano, que reposan en no se sabe qué misterioso cajón. El Ayuntamiento ha incumplido una y otra vez sus propios planes para frenar el deterioro del medio anibiente de la ciudad.

El pasado 29 de enero, el pleno municipal aprobó por tercera vez que se estudie la incorporación del gas licuado a los autobuses municipales. Casi al mismo tiempo, el Ayuntamiento dio el visto bueno a 300 nuevos autobuses con motores Diesel, uno de los factores más contaminantes de la ciudad.Esperanza Aguirre, nueva concejala de Medio Ambiente por el Partido Popular, destaca esta contradicción para resumir cuál ha sido la actuación del PSOE en materia de contaminacion durante los últimos años. Pero el recién estrenado equipo de gobierno del centroderecha no parece haber aprendido la lección. El nuevo alcalde, Agustín Rodríguez Sahagún, prometió el jueves la creación de un teléfono ecológico, pero no aclaró si lo que prentende es hacer la competencia al teléfono verde que funciona desde hace años sin ningún resultado efectivo.

La elaboración del Plan de Saneamiento Atmosférico de Madrid (PSAM) marcó un hito en 1982. A lo largo de estos siete años, las medidas puestas en marcha, que luego han ido languideciendo hasta desaparecer, han sido numerosas.

No hay más que recordar la famosa Patrulla de Protección Ecológica, más conocida como la Patrulla Verde; la inhibición de la Comunidad de Madrid a asumir el pago de subvenciones para el cambio de calderas -que significó que los 1.336 millones en subvenciones previstos quedaran rebajados a 901-, los planes de aislamiento de edificios para reducir el consumo de combustible...

Aire irrespirable

Otro tema inabordable es el de las industrias instaladas en Madrid. La factoría de la Sociedad Española de Metales Preciosos, en la carretera de Vallecas a Villaverde; la planta de tratamiento de sepiolita cercana a la colonia Santa Eugenia, o la fábrica de cementos Portland Valderribas, en Vicálvaro, han sido en numerosas ocasiones denunciadas por los vecinos como las causantes del aire irrespirable en sus barrios.

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Para los grupos ecologistas, la actuación municipal en medio ambiente ha sido tibia y tímida, centrada más en la redacción de reiterativos estudios que en aplicar medidas reales. Para el PP, en palabras de Esperanza Aguirre, "el Plan de Saneamiento Atmosférico ha sido un fracaso". Según Jorge Tinas, concejal de Medio Ambiente hasta el pasado jueves, "el plan se cumplió prácticamente en su totalidad".

Tinas insiste en que la normativa contra la contaminación es más rígida en Madrid que en el resto de Europa, y destaca la puesta en marcha de las nuevas estaciones de control. Eso sí, la nueva red de seguimiento tardará aún varios meses en funcionar a pleno rendimiento. El retraso sobre lo previsto puede llegar a dos años.

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