Comienzo de la campana electoral Namibia
ENVIADA ESPECIALEl arranque oficial, ayer 1 de julio, de la campaña electoral en Namibia para elegir la Asamblea Constituyente señala la apertura de una nueva, última y decisiva etapa del proceso de ejecución de la resolución 435 de la ONU sobre la independencia del último territorio colonial en África.
A pesar de las desconfianzas y acusaciones mutuas, está prevaleciendo la voluntad de las potencias que firmaron los acuerdos de Nueva York, de la ONU y de la OUA, de no pemitir ningún nuevo retraso en relación al calendario establecido. La visita, anunciada para la próxima semana, del secretario general de la ONU a Windhoek, la capital de Namibia, traduce esta determinación.
Pérez de Cuéllar, respaldó pública y personalmente, las preocupaciones de su representante en Windhoek, Marti Athissari, en relación al comportamiento de la policía namibiana (Swapol), acusada de violencias e intimidaciones contra las poblaciones del norte del país, consideradas mayoritariamente favorables al movinúento de Sam Nujoma, de orientación marxista.
Esta enviada especial pudo observar que el comportamiento de la Swapol en los alrededores de Windhoek -sin llegar a provocar incidentes como los que la televisión mostró, y que tuvieron lugare en las proximidades de los campos de refugiados de Ondangwa- está lejos de la imparcialidad.
Los problemas que Pérez de Cuéllar tendrá que negociar con el gobernador surafricano son fundamentalmente dos: la desmovilización de los cerca de 2.000 elementos del grupo paramilitar de seguridad Koevoet, que fueron incorporados a la Swapol, -y que parecen ser, de hecho, los responsables de los incidentes atribuidos a la policía-, y la fijación de la edad mínima para el ejercicio del derecho de voto.
A pesar de que los 18 años son ya casi universalmente adoptados como mayoría de edad civil, Suráfrica insiste en lirnitar el censo electoral a los mayores de 21 años. La SWAPO protesta contra esta pretensión, que dejaría fuera de juego buena parte de su base política de apoyo. El objetivo de los dirigentes de la SWAPO es ambicioso y de difícil alcance: con el 66% de los votos, el partido de Sam Nujoma podría dominar la futura Asamblea Constituyente e imponer el futuro régimen de Namibia.
La opinión que prevalece entre los observadores internacionales es que sin un golpe de teatro, cada vez más improbable a medida que se acerca la fecha de los comicios, la organización de Nujoma tiene prácticamente asegurada la victoria electoral.
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