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Varias parejas de aves rapaces obligan alterar las obras de un tendido eléctrico

Juan Antonio Carbajo

Tres parejas de halcón han conseguido retrasar en varios meses la nueva línea del alta tensión que debía unir la subestación Alcalá 2 con el barrio del Val, en Alcalá de Henares. Una pareja de águila imperial ha logrado que la depuradora de Torrelodones-Galapagar, que se iba a construir sobre su territorio, cambiara de ubicación. Pero la verdad es que la ley no obliga a las eléctricas a aislar sus líneas en las zonas que puedan afectar a las aves.

La Agencia del Medio Ambiente (AMA), la dirección general de Industria de la Comunidad y tres empresas eléctricas -Fenosa, Iberduero e Hidroeléctrica- iniciaron un primer contacto hace unos días para paliar las lagunas de la legislación actual.Luis Maestre, director de la AMA, quería dejar patente su preocupación: La región de Madrid está plagada de trampas mortales para las rapaces y las aves de paso. En días de lluvia, cuando además la visibilidad se reduce, un simple roce con los cables ocasiona una electrocución mortal para estas aves.

"Hay que buscar la colaboración y la buena voluntad de las compañías eléctricas porque, según creemos, no se les puede obligar a nada", reconoce Luis Maestre. Y añade: "Tienen la ley de su lado".

Una décima parte de los 9.800 kilómetros de líneas de la Comunidad de Madrid deberían estar aisladas y protegidas, según una primera estimación. "Aunque algunas empresas aislan sus líneas o instalan posaderos, no es tampoco una norma general", afirman fuentes de la dirección general de Industria.

Fenosa y el Ayuntamiento de Alcalá de Henares tuvieron que negociar, a falta de normativa, para conseguir variar el trazado de la línea de alta tensión que debía reforzar el servicio del barrio de la Virgen del Val.

50 parejas

Hace cuatro meses, la compañía eléctrica empezó a levantar varias torretas junto al denominado cerro del Ecce Horno. Había elegido la línea recta desde la subestación más cercana, pero el trazado previsto pasaba cerca de unos farallones donde tienen establecida su casa tres parejas de halcón común. En la región, según fuentes de la AMA, quedan únicamente entre 50 y 60 parejas de esta especie.El Ayuntamiento de Alcalá de Henares, que fue alertado a tiempo por un grupo ecologísta local, ordenó la paralización de las obras, que de esta forma sehan retrasado durante varios meses. "Fenosa actuaba con libre albedrío", según explica José Luis Herrero, concejal de Medio Ambiente, "Sólo presentó proyecto para los tramos que afectaban al casco urbano y no para aquellos que iban por el campo". El Ayuntamiento optó por negociar. Fenosa, según sus estimaciones, deberá elevar en un 10% el presupuesto inicial para aceptar una de las diversas alternativas propuestas por el Ayuntamiento.

Pero fuentes de la Administración reconocen que Unión Eléctrica Fenosa, además de elevar el presupuesto inicial de las obras, ha tenido que derrochar "buena voluntad" y tener comprensión hacia el medio ambiente, ya que la ley no tiene actualmente suficientes recursos coactivos.

Águila imperial

La situación del águila imperial es todavía más alarmente. En la región apenas quedan en la actualidad unas 20 parejas. Una de ellas tiene su nido en lo alto de un pino, cerca del pueblo deTorrelodones, donde estaba prevista la construcción de la depuradora de Galapagar-Torrelodones, la única que faltaba para cerrar el saneamiento del río Guadarrama.La Agencia de Medio Ambiente buscó otro emplazamiento para la depuradora. La nueva ubicación de estas instalaciones ha quedado fijada en una cantera abandonada existente junto al arroyo Navalera. Pero, a cambio de no perjudicar el hábitat de estas rapaces, las obras de la depuradora requerirán una mayor inversión para eliminar ruidos y olores que podrían perjudicar al nucleo urbano, que ahora queda más cerca.

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