El hombre que ganó a Solidaridad
El multimillonario Stoklosa, solo frente a 99 senadores de la oposición polaca
En las recientes elecciones legislativas en Polonia, la oposición se hizo con casi todo lo que podía ganar. En el Senado polaco, 99 de los 100 senadores representarán a Solidaridad. El único hombre que fue capaz de oponerse eficazmente al rodillo de Solidaridad no ha sido ningún ideólogo del partido comunista, ni tampoco una personalidad conocida de la televisión, sino Henryk Stoklosa, un multimillonario de la provincia de Pila.
Las elecciones al Senado han sido plenamente democráticas. Este espíritu de verdadera rivalidad parece haber sido el factor decisivo que empujó a Henryk Stoklosa a presentar su candidatura al Senado. Además, Stoklosa, ex miembro del partido comunista, con fuertes y buenas relaciones con el aparato administrativo y, sobre todo, con el Ejército, quiso demostrar a los camaradas -quienes a principio de esta década le habían echado del POUP por malversación de fondos públicos-, que podía hacer la carrera política también sin su apoyo. Henryk Stoklosa, de 40 años de edad, ingresó en el partido a los 18.En los años setenta, cuando gracias a los créditos occidentales tuvo lugar en Polonia un gran auge económico, merced a su afiliación partidista, Stoklosa trepó rápidamente hasta la dirección de la oficina provincial de Turismo, cuyas actividades eran, entre otras, la inserción de viajes especiales para los cazadores del Comité Central del POUP, entre ellos el entonces primer secretario del partido, Edvard Gierek. En la primera época de Solidaridad, en los años 1980-1981, bajo la presión social del partido depuró sus filas de gente como Stoklosa, demasiado vinculados al anterior equipo gubernamental. La principal acusación formulada entonces contra Stoklosa fue la malversación de fondos públicos.
Hace 10 años Stoklosa montó su negocio gracias a un crédito. Hoy día es uno de los hombres más ricos de Polonia y, a diferencia de muchos otros millonarios polacos, no intenta ocultar su opulencia. Todo lo contrario. En toda su campaña electoral trató de lucir sus bienes y presentarse como un hombre de éxito, una prueba de que hasta en el comunismo es posible hacer mucho gran dinero.
El más rico de Pila
Stoklosa es propietario de una fábrica de harina de huesos, y emplea a 240 personas. En un país en que el sueldo mensual medio es de 100.000 zlotys (3.000 pesetas), la empresa de Stoklosa tiene una facturación anual de 6.000 millones de zlotys (equivalente aproximadamente a 180 millones de pesetas) y exporta a Occidente productos por otro tanto. Stoklosa tiene 120 camiones y dos Mercedes privados, cuyas matrículas empiezan con números 0001 y 0002, tal y como corresponde al hombre más rico de la provincia. Últimamente se ha comprado una avioneta gracias a la cual, según dice, podrá viajar más rápida y cómodamente a Varsovia, para asistir a las sesiones del Senado.La campaña electoral de Stoklosa fue organizada por un comité pagado directamente por él. Para financiar anuncios en la Prensa, la impresión de carteles, la organización de mítines con sorteos de televisores y hasta de un tractor, el multimillonario de Pila desembolsó aproximadamente 100 millones de zlotys, una cantidad ingente si se la compara con los seis millones gastados por el comité provincial de Solidaridad.
En su programa electoral Stoklosa reclamaba un control público y pleno de los gastos presupuestarios, la desarticulación de los monopolios económicos y políticos en el país, la anulación de los acuerdos económicos con el extranjero contrarios a los intereses de Polonia, mayores gastos en la cultura y la educación, así como reducciones en la Administración estatal.
No obstante, al 48% de los electores de la provincia de Pila, quienes votaron el pasado domingo a Stoklosa, más que su programa parece haberles atraído la imagen de este nuevo rico que personifica las aspiraciones de gran parte de los polacos. Y en este sentido, la victoria de Stoklosa no ha sido solamente el capricho de un multimillonario, aburrido de sus éxitos económicos. Por el resquicio dejado por Solidaridad en la puerta al Sena do ha entrado en el Parlament polaco la nueva Polonia de em presarios y hombres de negocios una clase que ya existe, pero qu hasta ahora no ha tenido ningú tipo de pretensiones políticas.
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