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El juez decreta la libertad de Ruiz-Mateos, y el fiscal pedirá a Estrasburgo que sea juzgado

El juez Adrián Varillas dictó ayer la puesta en libertad del empresario y nuevo eurodiputado José María Ruiz-Mateos, mientras el fiscal general del Estado, Javier Moscoso, admitió la inmunidad parlamentaria del ex propietario de Rumasa. Ruiz-Mateos se presentó voluntariamente en el Juzgado número 27 de Madrid a las 8.30 y luego declaró a los periodistas que debía su éxito a la ayuda divina. Moscoso ha dado instrucciones para que los fiscales inicien las gestiones encaminadas a tramitar el suplicatorio en el Parlamento Europeo para que el empresario pueda ser juzgado en España. Ruiz-Mateos señaló ayer que su presencia en Estrasburgo deja en ridículo a Felipe González.

Con la iniciativa del juez Varillas fue levantada la orden de prisión que pesaba sobre Ruiz-Mateos por haber golpeado al ex ministro Miguel Boyer. Moscoso explicó que tan pronto como la Junta Electoral Central proclame a Ruiz-Mateos candidato electo, los fiscales que llevan procesos contra él en la Audiencia Nacional o en juzgados de instrucción pedirán la suspensión de los trámites y su remisión a la Sala Segunda del Supremo, que es la única competente para juzgarle.Por otro lado, la Fiscalía General del Estado hizo público ayer un comunicado en el que reconoce que el empresario, al haber sido elegido eurodiputado, goza de inmunidad, y que para seguir los juicios contra él instará que se pida a Estrasburgo el correspondiente suplicatorio.

El comunicado es el resultado del informe que había solicitado el fiscal general del Estado, Javier Moscoso, a su Secretaría Técnica y a la Fiscalía del Tribunal Supremo sobre la posible inmunidad del financiero.

El informe precisa que los miembros del Parlamento Europeo gozan en su propio territorio de las mismas inmunidades que los parlamentarios del Estado miembro correspondiente.

Tan pronto como la Junta Electoral Central proclame a Ruiz-Mateos candidato electo, los fiscales que llevan procesos contra él en la Audiencia Nacional o en juzgados de instrucción pedirán la suspensión de los trámites y su remisión al Tribunal Supremo, que es el único competente para juzgarle. Una vez que el Supremo acepte la competencia, el fiscal pedirá que la Sala Segunda dirija al Parlamento Europeo un suplicatorio para que éste autorice la continuación de los procesos pendientes contra el empresario.

Tras comparecer en el juzgado, Ruiz-Mateos concedió una conferencia de prensa en un hotel madrileño, escoltado por cuatro guardaespaldas. Allí, el nuevo eurodiputado se mostró dispuesto a luchar "hasta el infarto de miocardio por los intereses de España", que sintetizó en "trabajo, riqueza y empresa; primero el pan y luego la cultura".

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Por la tarde concedió en el mismo hotel una entrevista a este periódico, interrumpida en varias ocasiones por personas que querían estrechar su mano. El ex propietario de Rumasa no rehusó contestar ninguna pregunta.

Un avemaría de penitencia

¿Se confesó usted por el tortazo a Miguel Boyer? "Sí. El sacerdote me dijo que me comprendía y me puso una penitencia leve: un avemaría. La justicia me pedía 20 o 30 años".

En otro momento de la conversación, Ruiz-Mateos señaló que la utilización de disfraces había sido fruto de la desesperación. "Sería un anormal y un histrión si los continuara utilizando. Ahora voy a comportarme conforme a la categoría y seriedad que el foro de Europa merece".

El empresario jerezano afirma que sus impulsos demócratas no han surgido al descubrir la urna como arma contra sus enemigos, aunque considera que su presencia en Estrasburgo "deja en ridículo a Felipe González". Y añade: "El pueblo le ha quitado la razón. En cuanto pidan el suplicatorio contaré a los 520 diputados cómo se ha hecho lo de Rumasa, y no se moverá ni una mosca. La Moncloa tendrá que cerrar sus puertas".

El ex presidente de Rumasa, que dice que "Boyer también es hijo de Dios", lo quiere ver en la cárcel o exiliado, y asegura que va a tener muchos problemas para entrar en el cielo.

Asegura que la campaña electoral le ha costado una veintena de millones, "menos que los langostinos de Rodríguez de la Borbolla". Y Piensa que le han votado "por solidaridad con la víctima, por castigar al Gobierno y por la capacidad empresarial que he demostrado sacando Rumasa de la nada". "La gente lo que quiere es trabajo, piso, coche y dejarse de monsergas, y lo digo yo, que creé 65.000 empleos directos y 300.000 indirectos".

250 millones en abogados

En los seis años que han pasado dice que se ha gastado 250 millones de pesetas en abogados. Sus números, que, como él mismo recuerda, han sido tachados de "circenses, rocambolescos y payasadas", los ha ido montando con frialdad.

Sus planes como eurodiputado los lleva escritos a mano en un sobre, entre otros puntos quiere denunciar el tratado de adhesión con la CE que "ha hecho aumentar desorbitadamente las cifras de la deuda del comercio exterior". Si fuera presidente del Gobierno pondría su despacho un año en el País Vasco y trataría de "cambiar la violencia con soluciones pacíficas". Sueña con una Europa "como Estados Unidos, con estados federados".

Parece un iluminado, pero asegura que ha llevado su curiosa campaña electoral con las mismas armas que construyó Rumasa: "imaginación, voluntad y sacrificio". Adjudica alternativamente a la Virgen, Dios y los hombres buenos la razón de su triunfo electoral, en el que 609.000 almas depositaron en la urna su nombre. Tiene 58 años, ha pisado nueve veces la cárcel y se ha fugado en siete ocasiones. Está desbordado y pletórico, y dice que "Rumasa, la abeja voladora, y su patrona" volverán. De momento ha hecho acto de contrición y perdón de los pecados, y promete no volver a pegar.

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