Vender el Mercedes
Cuando la sociedad soñaba a los diplomáticos como seres privilegiados, con cocinero, chófer, pasaporte granate y residencia de lujo en el extranjero, ellos regresaban y ponían a la venta un Mercedes para pasar el largo invierno de los sueldos de Madrid.
Un embajador en París gana aproximadamente 1.100.000 pesetas al mes; un embajador en Paraguay, 700.000 mensuales; en Madrid, un subdirector general (el máximo puesto al que puede acceder un funcionario, al margen de los de libre designación), unas 295.000 pesetas al mes. Diplomáticos que han viajado en coche oficial con bandera y chófer se pasan al bonobús cuando su destino les trae de regreso a las calles de Madrid.
Aunque están más ajustados, los sueldos que se pagan en el exterior tampoco son ninguna "bicoca", aseguran los diplomáticos. "Cambiar unas cortinas es una misión burocrática, la comida se paga con el sueldo del embajador, y si te toca una embajada en la que un día sí y otro también tienes un invitado oficial de tu Gobierno, parte de tu sueldo se va en este tipo de gastos".
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