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Cartera Central busca un nuevo equilibrio frente al monolítico Escámez

"Escámez pretende dar la imagen de que él ha ganado la partida", dijo un portavoz de Cartera Central. ¿Ha ganado alquien? La estrategia que Cartera Central despliega ahora es formalmente de un nivel de eficacia inferior a la desarrollada antes. Pero esto puede, al final, limitarse a una mera forma. Si se cree a los carteras, 16 meses en los órganos de dirección no han servido para disponer de información fehaciente y poder incidir en la gestión. Pero han perdido cinco puestos en el consejo de administración, y podrían haber apelado a deslindar judicialmente responsabilidades respecto de la mayoría del consejo sin dimitir. Sobre este tema un portavoz de Cartera Central dijo que "proseguir en el consejo restaba fuerza moral, un miembro de consejo es solidario con las decisiones que se adoptan". La versión de que Alfonso Escámez había amenazado con pedir la separación de su cargo de los cinco consejeros de Cartera en la junta de accionistas, fue desmentida tajantemente por las partes.

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"Escámez dijo en el consejo del banco que eran meros inventos. Es más, el presidente del Central insistió hasta último momento en que Cartera desistiera de su decisión de dimitir buscando un pacto aunque rechazando la posibilidad de ocho consejeros. Las dimisiones dejan a ese consejo sin norte, va a una catástrofe", dijo el portavoz de Cartera. Éste defendió la dimisión como la única estrategia posible, y argumentó que se apelaría a las garantías que la ley de Sociedades Anónimas brinda a los accionistas minoritarios.

Sin fisuras

El portavoz de Cartera Central admitió que el consejo del banco no tiene fisuras y sigue agrupado en torno a Escámez como eje. Que la posibilidad de pactar una sucesión al presidente del banco de 73 años había fracasado, y que había estado en la base de los intentos de colaboración que se sustentaban en dar a la entidad una gestión mixta entre dos grupos de origen disímil. Cartera Central considera que la gestión de Escámez le ha costado al banco 100.000 millones, 40.000 de ellos por la aventura industrial de Andaluza de Piritas.

Pero más allá de las acusaciones cruzadas, Cartera Central tiene que librar su lucha por la vía de los contenciosos y los trámites burocráticos. Esto puede generar tensiones al consejo de! Central pero difícilmente será una salida rápida. Mantendrá vigente para Escámez el deseo obsesivo de quitarse la pesadilla a cualquier precio, incluso el de una "recolocación" de las acciones de los Albertos a un nivel disparatado. Pero la baza de las denuncias al Banco de España pueden abrir un nuevo curso en la crisis si éstas además de fundadas constituyen hechos graves en los que el banco emisor se vea obligado a tomar cartas. La pregunta clave es cómo se pueden fundamentar hechos graves fehacientemente, esto es con la debida documentación y pruebas si se carece de información.

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