El Ejecutivo quiere convocar las legislativas dentro de un año para recuperar los votos perdidos

El Gobierno no tiene intención de convocar en breve elecciones legislativas para aprovechar el éxito alcanzado por el PSOE en las elecciones al Parlamento Europeo. La idea inicial es agotar la legislatura, de modo que en el año que resta pueda recuperar los votos perdidos a base de incidir en una política "social y de servicios". El desconcierto reinaba ayer en el Partido Popular, y sobre todo en el CDS, después del descenso de ambos, por lo que su inmediata tarea sería analizar si el anuncio de mociones de censura conjuntas ha sido lo que ha producido el desapego de parte de su electorado.

La satisfacción era evidente, sin paliativos, en Izquierda Unida ante la obtención de cuatro escaños, aunque anoche sus militantes albergaban la esperanza de que el escrutinio final les depare un quinto eurodiputado.El Gobierno mantenía hasta ayer el mismo discurso que expresó a lo largo de la campaña electoral cuando se le requería su opinión sobre la influencia que tendría el resultado del PSOE en estas elecciones para la anticipación o no de las elecciones legislativas. La respuesta seguía siendo negativa, con el argumento de que, "pasara lo que pasara", no se extrapolarían los datos. Esta afirmación la hizo el presidente del Gobierno, Felipe González, en Valencia en su primera intervención de campaña, y persistía ayer en medios gubernamentales.

Según las fuentes consultadas, "hay que acabar carreteras antes de convocar elecciones generales", para explicar de forma gráfica que en "casi un año" el Gobierno puede desarrollar una política que incida sobre todo en los servicios y que sea visiblemente perceptible para los ciudadanos. Esta percepción de "realidades" la considera el PSOE fundamental para recuperar los cientos de miles de votos que ha perdido en estas elecciones. Portavoces gubernamentales aseguran, no obstante, que en unas elecciones legislativas se hubiera producido una mayor participación y el apoyo hubiera sido mayor para el PSOE en un supuesto previsible de un 70% de electores, y no de un 54% como ocurrió para los comicios europeos. Estas fuentes aseguran que el objetivo es repetir la mayoría absoluta.

El presidente del Gobierno, Felipe González, que felicitó telefónicamente al cabeza de lista socialista, Fernando Morán, pidió a los dirigentes de su partido "un estilo sobrio" en sus manifestaciones; de ahí que no hubiera gestos ostensibles de alegría y que las referencias a otros partidos fueran muy moderadas.

Moderación

Según consigna socialista, la moderación se mantendrá en los próximos días hasta ver la reacción oficial de los adversarios políticos, sobre todo en relación con las mociones de censura del próximo lunes y del día 29 defendidas por el PP y el CDS en contra de los socialistas del Ayuntamiento y de la Comunidad de Madrid.

Los dirigentes del PP y del CDS, cuyos análisis han sido pospuestos hasta la próxima semana, ratificaron ayer su decisión de llevar adelante las mociones, a pesar de que las voces en contra de estos pactos se harán sentir en los próximos días y ya se han adelantado en el caso de miembros de la dirección del CDS de Castilla y León. Tanto el presidente del PP, Manuel Fraga, como del CDS, Adolfo Suárez, se tuvieron que emplear a fondo para imponer disciplina en sus partidos y que aceptaran estos pactos. La primera impresión de ambos es que parte de sus respectivos electorados ha dado un voto de castigo a estos pactos.

A la espera de un análisis más detallado, el PP reconoce que un sector de sus fieles ha apoyado la candidatura de José María Ruiz-Mateos, mientras que un fragmento del CDS se ha inclinado en esta ocasión por el PSOE. El futuro político del cabeza de lista del PP, Marcelino Oreja, se presenta incierto.

Todo ello contrasta con la actitud del presidente del CDS, Adolfo Suárez, que no apareció en ningún momento y que pospone una hipotética declaración para próximos días. El cabeza de lista del CDS, José Ramón Caso, asumió ser el portavoz de su partido en la noche electoral con buen tono. Los miembros de Izquierda Unida están convencidos de que su llamada al voto ugetista ha tenido "cierto efecto".